Pornografía infantil
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En lo que se considera la operación contra tráfico y producción de pornografía infantil más grande realizado en la provincia de Buenos Aires, más de 1100 agentes policiales, fiscales y fuerzas federales realizaron semanas atrás en forma simultánea 114 allanamientos en una veintena de localidades bonaerenses, y detuvieron a 21 hombres y mujeres involucrados en abuso, acoso sexual en línea (grooming), corrupción de menores, difusión de pornografía y otros delitos contra niños y adolescentes.
La investigación llevó dos meses y medio de trabajo conjunto de más de 20 fiscalías especializadas a partir de la búsqueda proactiva de material en Internet, denuncias de particulares y presentaciones de organizaciones de alcance internacional dedicadas a la protección y prevención de las víctimas de pornografía.
La operación denominada Protección de las Infancias IV constató que entre los detenidos hay padres de menores abusados y familiares directos de estos. El Ministerio de Seguridad informó que se pudo identificar y rescatar a 70 chicos, algunos incluso de menos de 9 años, que fueron abusados para producir el material pornográfico. Resultaron imputados 116 sospechosos: 97 varones y 19 mujeres. Hay 16 que trabajaban en contacto directo con infancia y 67 que convivían con menores de edad.
El operativo del Ministerio Público de la provincia de Buenos Aires, a cargo del procurador general Julio Conte-Grand, es la cuarta misión organizada de acciones para combatir la pornografía y el abuso sexual infantil desde 2023. El procedimiento estuvo coordinado por el Departamento de Delitos Conexos a la Trata de Personas, Pornografía Infantil y Grooming, a cargo de Eleonora Weingast.
Las nuevas tecnologías en manos de niños y adolescentes se han vuelto muy riesgosas. Escudados detrás de perfiles falsos en las redes sociales, los delincuentes establecen comunicación con las víctimas y se ganan su confianza hasta lograr la entrega de material pornográfico. Entrampado en situaciones que no puede manejar y que le suman vergüenza, el menor sufre coacción para suministrar más imágenes y, eventualmente, acudir a sitios donde se pone en riesgo su integridad física. La inexistencia de fronteras en el mundo digital es usufructuada por los traficantes de pornografía infantil.
Un joven de 15 años en el partido de San Martín vendía fotografías de sus compañeras de colegio de entre 13 y 17 años, robadas de las redes y modificadas con inteligencia artificial (IA). El pack de fotos se vendía a 25 mil pesos. Algo similar ocurrió en mayo en otro colegio de La Plata. Según la agencia policial europea Europol, el uso de la IA para crear pornografía infantil en línea crecerá también de manera exponencial y las imágenes falsas pero hiperrealistas, que utilizan el rostro de personas reales en escenas sexuales, harán cada vez más difícil identificar a las verdaderas víctimas.
La pornografía infantil es un delito aberrante y combatirla es un desafío que debe ser asumido por las autoridades nacionales, provinciales y municipales con total decisión y responsabilidad. Sin un manejo ético y responsable de las herramientas digitales y sin el acompañamiento de padres, educadores o personas conscientes de los peligros que los acechan, los menores transitan por campos minados.