Por un futuro sin hambre
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Un informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA concluyó que, a fines de 2022, seis de cada diez niños y adolescentes estaban por debajo de la línea de pobreza, con una alta proporción en situación de emergencia alimentaria: 4,2 millones comen menos que antes por la crisis económica.
El trabajo de la Red de Bancos de Alimentos se agiganta cuando la realidad golpea con tanta fuerza a los más vulnerables. Las necesidades crecen y vale la pena contribuir a difundir que se reciben alimentos no perecederos y perecederos, tanto refrigerados como congelados, así como también materias primas y productos semielaborados.
Uno de los principales ejes de trabajo de estas instituciones apunta a reducir los enormes niveles de desperdicio. La ONU reporta que un 17% de los alimentos disponibles en el mundo se descartan. En la Argentina se calcula que son unos 16 millones de toneladas de alimentos los que van a la basura cuando podrían llegar a quienes más los necesitan.
Empresas, productores, supermercados y mayoristas son eslabones irreemplazables de esta cadena de solidaridad. Con la ayuda de voluntarios se clasifican y almacenan los alimentos en el flamante depósito de Benavídez.
Las donaciones de las empresas de logística y de los particulares que voluntariamente regalan su tiempo y sus vehículos para distribuir los productos son insustituibles. Gracias a ellos, llegarán finalmente a unas 1238 organizaciones sociales, alcanzando a unas 341.000 personas.
La lista de donantes es tan larga como a esta hora insuficiente, y contempla a empresas de primera línea comprometidas con la responsabilidad social. Por ejemplo, con motivo de conmemorarse el pasado 1º de junio el Día Mundial de la Leche, la empresa Mastellone Hermanos donó durante ese mes 60.000 litros de leche a 13 bancos de alimentos.
El Banco de Alimentos ya cumplió 22 años en un país que lamentablemente sigue sin poder garantizar el acceso a la comida a un altísimo porcentaje de la población. En ese tiempo, se entregaron más de 71 millones de kilogramos de alimentos y productos. Alejados de aquel granero del mundo, hoy son demasiados los que se ven obligados a hacer cola en la fila de estos bancos.