Pequeña ayuda para los amigos
El gobierno que en cinco años no fue capaz de salvar a los indigentes de vivir a la intemperie, que se despide con la vergüenza mundial de admitir explícitamente ante la Justicia que "no es posible que el Estado garantice que no ocurra ni una sola muerte ni episodio violento" en los centros de reclusión, ese mismo gobierno otorga a tres señales de televisión, entre gallos y medias noches, la indudable ventaja competitiva de llegar a todos los hogares del país integrados al sistema de tevé para abonados.
Y nada es casual, porque dos de los favorecidos son canales pertenecientes a Federico Fasano, conocido operador periodístico de la izquierda desde hace cuatro décadas.
El ritmo de la gestión del gobierno saliente en el último mes y medio ha sido de una celeridad digna de mejor causa. Porque no estuvo signado por medidas proactivas en beneficio de los grandes problemas nacionales, sino por la voluntad expresa de dejar un campo minado al gobierno electo. Son los últimos estertores de una máquina de poder a la que se le acabó el combustible, manotazos de ahogado para contener un cambio ya irreversible, que felizmente reinstalará la ética pública y la tan postergada vigencia del republicanismo.
Diario El País Uruguay