Parque Nacional Patagonia, un modelo de conservación
Un conjunto de voluntades colectivas provenientes de distintos ámbitos se ha alineado en tiempo récord para promover la creación de un nuevo parque nacional en una poco conocida altiplanicie volcánica de la provincia de Santa Cruz. Se trata de un cautivante paisaje patagónico de lagunas y cerros, bajo los rigores del clima más extremo de esa área.
El valor arqueológico y cultural de la meseta del lago Buenos Aires ya había sido advertido por Carlos Gradín, quien dedicó gran parte de su vida al estudio de la cercana zona de la Cueva de las Manos del Río Pinturas. En los 80, la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) destacó la importancia de la meseta como sitio de reproducción del Macá Tobiano, un ave zambullidora que sólo vive en Santa Cruz. Descubierto para la ciencia en 1974, el Macá Tobiano fue hallado por el naturalista argentino Mauricio Rumboll, quien sorprendió y entusiasmó a la comunidad ornitológica mundial.
Los relevamientos iniciados por la FVSA fueron retomados por las ONG Aves Argentinas y Ambiente Sur, que unieron sus esfuerzos en el Proyecto Macá Tobiano. Los primeros informes provenientes de las lagunas donde nidifica el tobiano no eran alentadores: las colonias de esta emblemática ave de la Patagonia se reducían drásticamente o desaparecían.
El Macá Tobiano, declarado Monumento Natural Provincial en 2001, fue recategorizado como especie en peligro crítico de extinción en 2009. Su distribución a lo largo de varias mesetas del oeste de Santa Cruz se encontraba restringida casi exclusivamente a la meseta del lago Buenos Aires, su último refugio. Una serie de amenazas, muchas de ellas ligadas a la acción humana indirecta, estaban llevando al Macá Tobiano al borde de la extinción. Una historia que fue recientemente rescatada por el mediometraje El ocaso del Macá Tobiano.
La meseta del lago Buenos Aires, la más grande y más alta de Santa Cruz, había atraído la atención de la Administración de Parques Nacionales por su alto valor de biodiversidad, por sus características únicas que la asemejan a una "isla biológica", y por que la estepa patagónica no está debidamente representada en el sistema de Parques Nacionales.
La alerta generada por la situación del Macá Tobiano puso en marcha voluntades para salvaguardar su hábitat en la meseta del lago Buenos Aires y crear allí el Parque Nacional Patagonia. La existencia de 18 hectáreas de tierras fiscales, la acción conjunta de un legislador local, el Municipio de Los Antiguos y la donación de un filántropo que, a través de la Fundación Flora y Fauna Argentina puso a disposición las 33 mil ha de la estancia El Saúco dieron otro gran paso en materia de conservación de la naturaleza. Al mismo tiempo, las comunidades cercanas abrazaron el proyecto porque no sólo valoran la meseta como fuente de agua para la actividad ganadera y para la producción de cerezas, sino que reconocen la importancia que un Parque Nacional tiene en el desarrollo genuino a través del turismo.
En 2013, la Cámara de Diputados de Santa Cruz aprobó de forma unánime la cesión de tierras al Estado nacional para la creación del Parque Nacional Patagonia. El proyecto de ley fue aprobado en el Senado de la Nación en mayo de este año, y se anticipa un avance sin obstáculos en la Cámara baja.
Los esfuerzos del Proyecto Macá Tobiano dan sus frutos: las poblaciones del icónico macá se mantienen estables gracias al trabajo, en gran medida voluntario, de jóvenes del país y del mundo. Tambien la Administración de Parques Nacionales ha designado un guardaparque que se estableció en la zona para hacer efectiva su custodia. A través de una destacable colaboración entre distintas organizaciones de la sociedad civil y y organismos estatales dedicados a la conservación, sumada a voluntades políticas nutridas por los vecinos del lugar, se han alineado los esfuerzos para un proyecto modelo como es la creación de este parque.
Sólo resta que se apruebe la ley de creación para contar con un nuevo parque nacional logrado con el esfuerzo conjunto del sector público y privado de nuestro país. Se trata de un paso trascendental para proteger a perpetuidad un ambiente de meseta y estepa poco representado en nuestro sistema de Administración de Parques Nacionales.