Pandemia y especulación
Otras opiniones: El País, de Uruguay
MONTEVIDEO.– El momento es de alta tensión. Las cifras de contagios y muertes por coronavirus, si bien no han llegado ni cerca a lo que padecen algunos países que ciertos políticos reivindican como modelo, están lejos de la zona de confort. Y por más que en breve se anuncie la llegada de vacunas al país, tenemos por delante varios meses de angustia. Ante ese panorama no extraña pero indigna la actitud de la oposición y sus satélites académicos y mediáticos. Al igual que lo hicieron en marzo y abril, cuando había apenas algunos casos, vuelven a lanzar una campaña de desgaste contra el gobierno, exigiendo imponer fuertes limitaciones a la libertad individual y una millonaria asistencia económica.
Ese encierro se ha probado que tiene efectos nefastos en la sociedad. Basta ver algunas declaraciones del presidente argentino, que impuso la "cuarentena más larga del mundo" con resultados pésimos, y que se atribuye el derecho a decir públicamente que él le va a enseñar a la gente a ser solidaria. El efecto de que un ciudadano, cuyo único privilegio es que la gente lo vota para que administre los bienes comunes durante un tiempo, se ubique en este plano de superioridad moral al resto es trágico.
Después está el tema económico. La contracara obvia de estos reclamos de encerrar a la gente "por su propio bien" es el desastre que eso produce.
La situación no es fácil y son muchas las variables que el gobierno debe tomar en cuenta. Pero cuando vea a gente que agita banderas y quiere hacerle creer que todo es simple y obvio, siempre busque cuál es la intención oculta.
Fuente: El País, de Uruguay