Pandemia de sedentarismo
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Entre los efectos secundarios de la pandemia de Covid-19, están la inactividad física y el sedentarismo. Un estudio del Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo XXI realizado en siete ciudades argentinas reveló que el 44% de los encuestados pasaban más tiempo sentados o acostados a partir del inicio de la pandemia. Consultados sobre la intensidad de la actividad física que despliegan, el 90% confirmó haber caminado 10 minutos seguidos en la última semana pero apenas la mitad refirió haber hecho algo de mayor intensidad.
Resulta preocupante que cuatro de cada diez hubieran realizado no más de 10 minutos seguidos de alguna actividad moderada al menos tres días en la última semana. Y al considerar las más intensas, hablamos de solo tres de cada diez personas, con preeminencia de hombres.
Son conocidos los nefastos efectos del sedentarismo sobre la salud, incluyendo alteración de las funciones cardiorrespiratorias y musculares, debilitamiento de huesos, aumento de riesgo de enfermedades no transmisibles y depresión. Si hacemos foco en algunos factores de riesgo modificables asociados al virus, como la actividad física y la obesidad, hallamos que algunos estudios revelan que el riesgo se incrementa un 104% entre quienes caminan lento y un 97% en obesos.
El mayor tiempo destinado a estar sentados o acostados y la baja del nivel de actividad física tienen correlato comprobado en el perfil metabólico, con aumentos en insulina, triglicéridos, grasa abdominal y reducción de fuerza muscular. La Fundación Cardiológica Argentina brinda consejos para que, en cualquier contexto, incluso con mínimos espacios, sin gimnasios, y siguiendo alguna aplicación por pantallas, se pueda ejercitar el cuerpo y reducir en un 30% el riesgo de tener problemas de corazón, incrementando el bienestar psicofísico. Entrenarse con ejercicios de fuerza-resistencia y aeróbicos, siguiendo rutinas diarias o frecuentes, ofrece innumerables ventajas para la salud física y mental.
La prestigiosa revista The Lancet catalogó al sedentarismo como pandemia en 2012. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar 30 minutos de actividad física al menos 5 días semanales, y alcanzar un mínimo de 150 minutos de movimiento físico por semana. Las largas horas sentados, mirando televisión o teletrabajando, incluso a veces en posiciones ergonómicas desaconsejadas, demandan esfuerzos de voluntad como incorporarse cada hora, ejercitar o estirarse, moviéndose vigorosamente para cortar el ciclo sedentario.
De manera coordinada entre los distintos ámbitos gubernamentales urge diseñar programas y políticas que promuevan la actividad física regular en tiempos de pandemia, tales como caminar o andar en bicicleta o que ofrezcan sesiones online de yoga, pilates o baile, entre otras. En un contexto tan incierto, la voluntad de apostar por una vida activa y saludable es un desafío que cada persona deberá asumir como propio.