Padres organizados, niños escolarizados
La articulación de esfuerzos de las familias ha sido vital para persuadir a las autoridades sobre el necesario regreso a las clases presenciales
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En reiteradas oportunidades hemos compartido desde este espacio nuestra preocupación por el enorme impacto que la pandemia viene teniendo sobre nuestro ya castigado sistema educativo. Se estima que entre un millón y un millón y medio de chicos abandonaron la escolaridad. Las cifras son por demás elocuentes, motivo por el cual celebramos el regreso a las aulas en este nuevo ciclo lectivo bajo los protocolos que han regido el retorno a la escuela en el mundo y que, hasta aquí, la Argentina omitía implementar. La escolaridad no puede depender de una vacuna cuando muchísimas otras actividades menos esenciales se despliegan bajo los nuevos cuidados.
Mucho ha tenido que ver en la vuelta a las clases presenciales la presión de una sociedad consciente de los largos efectos que un año tan atípico tendrá irreversiblemente sobre la formación y las mentes de las jóvenes generaciones. Como en distintos lugares del mundo, fueron los propios padres los principales artífices de un reclamo que no admite excusas. Mucho menos, chantajes gremiales o chicanas políticas.
Así nació Padres Organizados, una iniciativa de familias dispuestas a convertir en acción la preocupación por la educación de sus hijos, que tuvo expresiones en distintos lugares del mundo. Aquí, todo arrancó con un grupo de seis padres conectados por las redes sociales que asistían, como muchos otros, a la ausencia de una conversación pública sobre un tema tan trascendente. Fue así que resolvieron invitar a firmar una carta a las autoridades (padresorganizados2020.ar/firma-la-carta/) reclamando una alternativa que articulara las necesidades de los niños en la excepcional situación planteada.
Mucho ha tenido que ver en la vuelta a la escolaridad la presión de una sociedad consciente de los largos efectos que un año tan atípico tendrá sobre las jóvenes generaciones
Basados en la experiencia internacional, se abocaron a concretar el lema Clases Presenciales 2021 con la fuerza que dan la convicción y el amor por sus hijos. A la fecha cuentan con presencia en 22 de las 24 provincias, incluyendo 70 municipios de la provincia de Buenos Aires, con más de 30.000 madres y padres activamente comprometidos. Representantes de Padres Organizados de San Isidro, por ejemplo, se reunieron con el intendente y presentaron una carta al Concejo Deliberante planteando la importancia de que la educación presencial sea considerada actividad esencial. Continuaron con la presentación de un amparo ante la Justicia Federal, que pasó por distintos juzgados y que, desde diciembre, se encuentra en la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que esta dirima la cuestión de competencia y se expida sobre la plena presencialidad. A excepción del juzgado Correccional Nº 5 de San Isidro, que debió excusarse porque el marido de la jueza interviniente era firmante del amparo en representación del hijo menor de ambos, ningún juzgado quiso resolver sobre el fondo de la cuestión, declarándose incompetentes. Al día de hoy, la Corte Suprema no se ha expedido en materia de competencia para que el juez que corresponda se expida sobre el tema.
Cuando un grupo abandona el aletargamiento o el estado de reclamo para poner manos a la obra en la dirección elegida, los resultados no se hacen esperar. El ejemplo de Padres Organizados es por demás alentador y nos confirma que la única salida posible a las crisis que atravesamos radica en asumir cada uno el protagonismo. Desde el propio espacio, con sensatez y honestidad.
Una ciudadanía responsable es el mejor freno a los abusos de poder. Corresponde fomentar el compromiso de todos en cuestiones claves como la educación, esenciales para que despunte una nueva nación.