Nuevo Parque Nacional
La creación de la nueva área protegida de Campos del Tuyú permitirá la preservación de decenas de especies en peligro
Hace algunos días, la Cámara de Senadores aprobó la creación del Parque Nacional Campos del Tuyú, en el partido de General Lavalle, en la provincia bonaerense.
Allí, la Fundación Vida Silvestre Argentina, a partir de un convenio con los dueños de la estancia La Linconia, ubicada en la zona, realizó tareas de estudio e investigación durante 28 años a fin de establecer un área de reserva protegida que conservara las características originales de la llamada pampa del pastizal. En 2007, el área fue donada a la Administración de Parques Nacionales. Posteriormente, por iniciativa de la diputada nacional Claudia Bernazza, se promovió la ley ahora sancionada.
La reserva, de 3040 hectáreas de superficie, está ubicada en la franja costera de la bahía de Samborombón, entre la ría de Ajó y el arroyo de Las Tijeras, al sudeste de la depresión del Salado. Dos estancias la limitan al Sur , Las Tijeras y La Linconia, y al Oeste se encuentra la reserva provincial de Rincón de Ajó. El área del Parque, que está incluida en la lista de humedales de interés internacional, posee una rica biodiversidad que se ha buscado preservar debido a los riesgos que la vienen acechando. Entre ellos, la caza furtiva, la expansión urbana, el desarrollo agropecuario que introdujo plantíos y animales extraños en la región, cuyos pastizales nativos se fueron convirtiendo en tierras aptas para su uso productivo. Asimismo, la caza indiscriminada y el turismo no planificado han tenido su tan poco considerado efecto destructor.
La creación del Parque Nacional Campos del Tuyú ha de permitir mantener un paisaje y poner a salvo numerosas especies amenazadas.
Ese propósito general ha priorizado la defensa de un animal con carácter emblemático en la ecorregión: el venado de las pampas, que se halla en peligro de extinción por las alteraciones ocurridas en su hábitat original, a las que se unieron la cacería ilegal y el asedio de otros animales que fueron ocupando el territorio.
Desde luego, la creación de una nueva área protegida importa preservar decenas de especies que pertenecen a la riqueza natural del lugar. Debe señalarse, como dato valioso, que en esa zona descansan y se alimentan alrededor del 70 por ciento de las aves migratorias que vienen al país en la estación estival. Otras especies de animales que quedarán protegidas en el Parque son el ñandú común, el zorro gris y el gato montés. Allí están, también, los muy habitados cangrejales y la fauna típica del humedal, como los carpinchos, los flamencos y las garzas. Una ecorregión suele guardar, además, recuerdos culturales de hechos y personajes lugareños, como ocurre en este caso con el memorable Santos Vega.
En fin, este parque, situado a 293 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, creado a partir de un aporte de sector privado preocupado por el futuro de nuestros recursos naturales, no sólo ha de contribuir a la función protectora de la biodiversidad y de un particular paisaje pampeano, porque también servirá para reafirmar una indispensable conciencia ecológica en el país.