Nueva amenaza británica
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Con una situación económica particularmente delicada, Gran Bretaña acaba de formular un nuevo plan militar, pretendidamente de defensa. Confirma la decisión de ampliar significativamente su ya poderoso arsenal de armas nucleares, llevando el actual inventario de ojivas nucleares de 180 a 260. Además, advierte que mantendrá su presencia militar permanente en las Islas Malvinas.
Para la República Argentina, la amenaza contenida en las nuevas definiciones británicas en un delicado terreno como el de la política exterior no puede pasar inadvertida, por cuanto podría incluso suponer el uso de armas nucleares en el Atlántico Sur.
Es evidente que la amenaza comentada es inoportuna y que deja de lado una vez más la alternativa de resolver el diferendo de soberanía a través del diálogo.
De esta manera, el Reino Unido pone fin abruptamente al proceso de lento y progresivo desarme iniciado en 1991, tras el colapso de la Unión Soviética. El aumento anunciado de más del 40% del arsenal nuclear configura una clara violación de los compromisos asumidos por Londres en el marco del tratado suscripto por su gobierno en materia de no proliferación nuclear.
Para Gran Bretaña, evidentemente el capítulo de un vetusto colonialismo aún no se ha cerrado y –lo que es más grave aún– la vía del diálogo parecería no existir.
Bajo el cuestionado liderazgo de Boris Johnson, el gobierno británico estaría dando señales de haber iniciado una nueva carrera armamentista nuclear y sus anuncios, por su forma y contenido, configuran una provocación absolutamente innecesaria.
Pese al mensaje formulado, Gran Bretaña menciona a la Argentina como uno de sus cinco países aliados en América Latina, lo que conforma un llamativo contrasentido.
Según la cancillería del Reino Unido, el país necesita “mantener un nivel mínimo y creíble de disuasión”. Nada justifica la amenaza de recurrir eventualmente a las armas nucleares para defender sus intereses particulares. Tampoco el abroquelarse en una posición de total intransigencia, como ha hecho hasta ahora.