No a los plásticos de un solo uso
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Son cada vez más los gobiernos que adoptan medidas para desestimar los elementos plásticos de un solo uso. Es tan evidente el daño que estos objetos le ocasionan al medio ambiente que se ha despertado una creciente conciencia frente al tema. En este sentido, hace casi dos años, el 27 de marzo de 2019, el Parlamento Europeo acordó prohibir la comercialización de plásticos de un solo uso a partir del corriente año. La normativa fue aprobada con 560 votos a favor, 35 en contra y 28 abstenciones, dejando en claro que la Comisión Europea apostó por el cambio.
Los 28 países que conforman ese bloque coincidieron no solo en prohibir el uso elementos plásticos de un solo uso, sino que sumaron a la prohibición determinados elementos de pesca. También insistieron en la necesidad de profundizar las políticas y acciones para aumentar el reciclaje.
Los productos que deberán desaparecer durante el año en curso son los cubiertos de plástico (cucharas, tenedores, cuchillos y palillos), los platos de plástico y los sorbetes de un solo uso; los bastoncillos de algodón para los oídos fabricados en plástico; los palitos de plástico para sostener globos; los plásticos oxodegradables; los contenedores alimenticios y las tazas de poliestireno.
Hay otros artículos plásticos que no se incluyen en esta lista, pero también se tomarán medidas para regular su uso. Los Estados miembros deberán elaborar planes nacionales para conseguir al menos una reducción del 25% para 2025 de los envases de un solo uso para hamburguesas, sandwiches y recipientes de frutas, verduras, postres y helados.
En cuanto a los envases de bebidas, se deberán recoger por separado, con tal de llegar a reciclar el 90% de estos para 2025. También para ese año se tendrá que reciclar el 50% de los filtros de cigarrillos que contienen plásticos y esta tasa de reciclaje deberá aumentar hasta el 80% para 2030. Con respecto a los artículos de pesca, el objetivo es llegar a reciclar un 15% como mínimo para dentro de cinco años. Para ello, los Estados miembros deberán garantizar que se recoja al menos el 50% de estos plásticos que se encuentran en las playas cada año.
A mediados del siglo XX, el plástico empezó a producirse a gran escala, lo que dio paso a la proliferación de artículos de "usar y tirar", elementos desechables que facilitaron la cotidianeidad, pero que hoy, ante su uso masivo e irresponsable, se convirtieron en una amenaza para la vida del planeta.
Así, por ejemplo, más del 80% de la basura marina está conformada por plástico cuya descomposición es extremadamente lenta, lo que produce su acumulación en mares, océanos y playas. Miles de peces, tortugas, aves, focas y ballenas lo ingieren y acaban muriendo.
En ese sentido, además de la prohibición de elementos plásticos de un solo uso, es necesario promover desde la educación un cambio en el estilo de vida que valore el impacto ambiental; es decir, una sociedad en la que se descarten los productos y las prácticas que afecten los ecosistemas y ocasionen cualquier tipo de contaminación.
No hay que esperar a que los gobiernos y los congresos prohíban o regulen las actividades y los elementos que le hacen daño al ambiente. Cada persona puede tomar la decisión y asumir el compromiso de ser responsable con el planeta.