Nicaragua encarcela opositores
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Cristiana Chamorro Barrios, una nicaragüense elegante y de trato suave y delicado, exhibe un carácter duro y vehemente cuando de defender las libertades en su país se trata.
A poco de haberse presentado como candidata a la presidencia de Nicaragua, esta líder opositora a la dictadura de Daniel Ortega, que conduce el país desde hace 14 años, cumple arresto domiciliario, incomunicada y sin acceso a sus abogados. Ya son 4 los potenciales candidatos opositores detenidos.
Es otra mujer que desafía al poder, al convocar a votar en forma pacífica pero contundente con el fin de cerrar el ciclo de dictaduras populistas que envuelve a Nicaragua desde hace 50 años.
Cristiana Chamorro, viuda y con dos hijas, es abogada y es la vicepresidenta del directorio del diario La Prensa de Managua, el más longevo del país, y férreo opositor al régimen sandinista. Encarna ella como nadie la libertad y la resistencia frente a décadas de horrores y castigos que golpean a Nicaragua, con libertades pisoteadas, instituciones desactivadas y sin división de poderes, procederes comunes a los regímenes populistas.
Su padre, Pedro Joaquín Chamorro, quien ejercía la presidencia del diario, falleció en 1978 en un atentado criminal inequívocamente asociado a la voluntad de Anastasio Somoza de terminar con un líder natural de las fuerzas opositoras, defensor de las libertades individuales y de los derechos de los nicaragüenses.
A la muerte de su esposo, Violeta Barrios Chamorro, madre de Cristiana, asumió la conducción del diario e inició desde sus páginas una feroz cruzada contra el régimen, al convocar a sus compatriotas a votar para ejercer en plenitud su derecho a vivir en democracia. Pequeña de contextura pero gigante en su gravitación, Violeta Chamorro derrocó así en la urnas a la dictadura y asumió como presidenta de la república, en abril de 1990. Aun hoy, con 94 años, preserva intacto su interés por las cuestiones públicas, aunque temas de salud la alejan de la arena política. La prestigiosa fundación que lleva su nombre es el último bastión del periodismo investigativo en Nicaragua. Con un viejo manual, la dictadura acusa a la prensa independiente de falsas actividades ilegales para silenciarla, presa del terror a enfrentar unos comicios transparentes y libres a los que la oposición llega unida.
Cristiana es quien ha tomado la antorcha, granjeándose un fortísimo prestigio internacional a partir de sus constantes denuncias de los aberrantes hechos perpetrados por el sandinismo. En la figura de su esposa, a quien candidatea para las próximas elecciones, Ortega busca perpetuar a su familia en el poder, haciendo uso de un mecanismo vastamente conocido por millones de argentinos.
Cuando Cristiana resolvió precisamente salir a pelear desde un espacio político propio, impugnando la continuidad familiar que quiere imponer a dedo el actual presidente, es que se la detuvo. Fuerzas policiales irrumpieron y allanaron violentamente su casa y la encerraron en su habitación, incomunicándola, sin teléfonos y sin acceso a internet. Hoy no puede desplazarse más allá de su cuarto. Tampoco puede ser visitada, salvo por un pequeño grupo de familiares. Acusada sin pruebas de lavado de dinero, bienes y activos, cuando solo ha recolectado con transparencia fondos para sostener la tarea de la Fundación Violeta Chamorro, Cristiana está privada ilegalmente de su libertad en una situación sin fecha de vencimiento. Como bien se señala, correspondería más bien hablar de un secuestro.
El foro de periodismo más importante de Iberoamérica, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), ha escuchado reiteradamente el clamor de los Chamorro en defensa de las instituciones y las libertades. LA NACIÓN ha sido testigo de su infatigable prédica de décadas.
A la fecha, 23 presidentes y expresidentes de América se han expresado unánimemente en contra de tanta violencia y reclaman la inmediata libertad de los opositores detenidos. Es justo reconocer que se trata de un nuevo intento de acallar la voz de los derechos de toda una nación. Los ecos de un pasado que llevó a Chamorro al poder atormentan al dictatorial régimen nicaragüense.