Navidad es encuentro
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Qué tremendo castigo para este país bendecido con tantos recursos que sus propios habitantes pasen hambre. Qué doloroso que esto incluya a millones de niños que sufren diariamente y que ya no podrán alcanzar su pleno desarrollo por tanta carencia. Más hambre, menos futuro.
La desgarradora realidad traducida a números indica que 6 de cada 10 chicos dependen de comedores para su alimentación diaria. De cada 4 que se sientan a la mesa, solo uno come todos los días. El mandato bíblico “Ganarás el pan con el sudor de la frente” es hoy apenas el privilegio de unos pocos porque cada vez son más los que, a pesar de contar con un trabajo, no llegan a satisfacer las necesidades básicas. Pensar en poder llevar a la mesa que compartirán con sus familias el alimento cotidiano es una utopía para muchos. La dependencia del merendero barrial es tan angustiante como creciente.
El Banco de Alimentos (BdA) distribuye comida a 1091 comedores que atienden a unas 350.000 personas diarias. Veintidós años de trabajo y transparencia avalan su trayectoria. En 2022, se distribuyeron más de 20 millones de platos de comida. Este año se concretó la ansiada inauguración del Centro de Distribución Benavídez, que permitió recibir y entregar más donaciones de alimentos y productos. Pero nunca alcanza.
Evitar el desperdicio de alimentos es también una forma de ayudar, advierte el BdA ante esas mesas de excesos por falta de planificación. Cuando muchos niños piden juguetes a Papá Noel, otros solo ansían contar con un plato de comida para ellos y sus familias en estas Fiestas.
“En esta Navidad, la ayuda se hace encuentro” es el lema de Cáritas para estas Fiestas. Monseñor Carlos Tissera, presidente de la institución, destaca que “las angustias de las personas son las nuestras; las necesidades del prójimo son las nuestras”. ¿Cómo desoírlas si así lo entendemos?
Las ayudas toman todas las formas posibles y siempre quedan ligadas a la generosidad de los donantes, traducida en especies, en tiempo que entregan los voluntarios y también en dinero. Es sabido que una contribución esporádica no rinde lo mismo que un compromiso mensual que permite a una institución organizarse para potenciar mejor los siempre escasos recursos. Por pequeño que sea, cada aporte vale un montón frente a una realidad desbordada. Tenemos por delante un año particularmente difícil. El desafío será llegar juntos a la meta, sin perder a ningún compatriota por el camino.
Que no falte el alimento en ninguna mesa, especialmente en Navidad. No dejemos que nos gane la indiferencia. Comprometamos nuestra ayuda para que así sea.