Mucho más que un abrazo
Dos de los más reconocidos líderes contemporáneos uruguayos, Julio María Sanguinetti y José "Pepe" Mujica, se confundieron en el Parlamento de su país en un emocionado abrazo público, en señal de reconocimiento recíproco, al tiempo de anunciar simultáneamente su retiro del escenario grande de la política.
Se trata de dos hombres impulsados por ideologías que fueron y son claramente opuestas y que lucharon por sus respectivos ideales. Incansablemente. A lo largo de toda su vida.
Uno de ellos, Mujica, eligió en algún momento de su derrotero el camino equivocado de la violencia, cuando militó activamente en el movimiento terrorista Tupamaros; pero, al final de su largo camino, admitió públicamente que había sido un grave error, que no debía repetirse. El acertado mensaje final del exlíder terrorista oriental quedará flotando sobre el Río de la Plata, proyectándose para siempre a la historia.
El abrazo ha ofrecido una señal de fraternidad y respeto entre sus protagonistas. Y representa, asimismo, un símbolo notorio de una admirable identidad nacional común. Es también un claro mensaje de tolerancia y de franca disposición al diálogo. Es saber convivir, en un ambiente de paz y armonía. Y es, además, un himno silencioso a la necesidad de escucharnos con sinceridad, unos a otros. Lo que siempre nos enriquece e ilumina.
La imagen de los dos expresidentes uruguayos provoca una admiración no exenta de cierta envidia de este lado del Río de la Plata. Su actitud se ubica efectivamente en las antípodas de los malos ejemplos que con llamativa frecuencia nos brinda la dirigencia política argentina, incapaz a lo largo de las últimas décadas de arribar a los consensos mínimos necesarios para edificar las políticas de Estado que nos permitan dejar atrás muchos de los males crónicos que acosan al país. Alejados del diálogo y privilegiando el más mezquino interés propio en lugar de los genuinos intereses generales y los principios de la República, muchos de nuestros políticos están hoy muy lejos del ejemplo que se viene brindando desde la otra orilla.