Milani y el discurso hueco de los derechos humanos
La elección del teniente general César Milani como jefe del Ejército fue otro grave error del Gobierno. Claro que se trató de un error interesado, pues con aquella designación se premiaba a quien había aceptado llevar a cabo, como jefe de Inteligencia de su fuerza, tareas de espionaje interno prohibidas por nuestra legislación.
Pero, por encima de todo, sus sucesivas promociones muestran la falsedad del compromiso del kirchnerismo con los derechos humanos. Además, al elegir a Milani se premió a un militar que apartó al Ejército del carril profesional para ponerlo al servicio del "proyecto nacional y popular" del Gobierno, como él lo definió. Se seguía el peligrosísimo modelo del ejército chavista en Venezuela, al servicio del régimen.
La Presidenta había perdido en 2013 su confianza en la ex SIDE y ya se apoyaba en Milani, quien retuvo la Dirección General de Inteligencia del Ejército cuando fue designado subjefe de la fuerza, en 2010. El presupuesto de esa área a cargo de Milani aumentó un 238 por ciento en cinco años.
El primer error del Gobierno fue promoverlo en 2007, cuando hacía décadas que figuraba en La Rioja como posible responsable de la desaparición del soldado Alberto Ledo en 1976. Puesto que organizaciones de derechos humanos muy cercanas al Gobierno poseen archivos minuciosos, no se entiende cómo no advirtieron aquel grave antecedente. A menos que la protección que le brindó el Gobierno llegara al extremo de encubrir aquel antecedente. Milani fue el responsable del acta de deserción de Ledo, que contiene graves errores e incongruencias horarias. Posteriormente, se sumó en su contra otro presunto delito de lesa humanidad y uno de enriquecimiento ilícito.
Pese a su historial, Milani no dudó en frustrar los ascensos de oficiales emparentados con funcionarios del último régimen militar. El poder y la creciente autonomía que le otorgó el kirchnerismo lo llevaron a creer que podía desobedecer al ministro de Defensa, Agustín Rossi. En efecto, pese a que Rossi había rechazado el ascenso de un coronel, solicitado por Milani, éste lo ascendió.
El caso de Milani es otra prueba de que la proclamada defensa de los derechos humanos del kirchnerismo es un discurso propagandístico y vacío. Sin pruebas en muchos casos, o con muchas menos pruebas que las que existen contra Milani en la materia -que no son pocas-, otros oficiales no sólo han sido procesados, sino que cumplen injusta prisión en el penal de Marcos Paz.