McCarthy y la pureza ideológica
- 2 minutos de lectura'
En un gobierno que suele echar mano a epítetos y gestas altisonantes y que con frecuencia cultiva la desmesura, la reivindicación, por parte de una diputada nacional oficialista de uno de los máximos emblemas internacionales de la persecución ideológica, como el tristemente recordado senador de los Estados Unidos Joseph McCarthy, constituye un ejemplo más de la falta de empatía y sentido común de algunos representantes de la política argentina.
La diputada Lilia Lemoine utilizó la figura de McCarthy para apoyar el anuncio de Javier Milei, quien recientemente, tras el despido de la entonces canciller, Diana Mondino, como correlato de una polémica votación en el seno de la ONU, aseguró que iba a ordenar “una auditoría del personal de carrera de la Cancillería con el objetivo de identificar a impulsores de agendas enemigas de la libertad”.
Al referirse al fallecido senador estadounidense, la legisladora se preguntó qué fue lo que hizo mal el protagonista de una cacería de brujas en los Estados Unidos, en tiempos de la llamada Guerra Fría.
Durante su actividad en la Cámara alta, Mc Carthy, en quien se inspiró el concepto de “macartismo”, utilizado como sinónimo de persecución arbitraria e ideológica, aseguró poseer una lista de 205 personalidades supuestamente comunistas y pro soviéticas, infiltradas en el ambiente de la política, el arte y las ciencias. Estas denuncias le permitieron ganar cierta popularidad y presidir un subcomité parlamentario que buscó desenmascarar a los supuestos espías soviéticos y comunistas infiltrados en ese país.
La diputada libertaria no tuvo reparos en apoyar el comportamiento de uno de los políticos más desprestigiados de la historia estadounidense al afirmar que, si se hubiese equivocado, Kamala Harris no habría sido candidata a la presidencia y tampoco habría existido la agenda global 2030.
Esta exaltación al llamado de promover pureza ideológica en la Cancillería ofrece una lamentable coincidencia con la desaparecida Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, creada en 2014 por el kirchnerismo y disuelta por el expresidente Mauricio Macri a poco de asumir.
Es preocupante que desde distintas esferas se reivindiquen políticas de exclusión y discriminación ideológica que deberían haber sido olvidadas luego de la derrota electoral de los defensores del pensamiento único.
No corresponde soslayar estas recientes posturas, porque de lo contrario solo estaríamos cambiando la militancia en favor de un pensamiento único por otro.