Los Moyano inclinan la cancha
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Las viciadas relaciones del fútbol con la política no representan algo novedoso. Sin embargo, los niveles casi surrealistas que esas maniobras alcanzan en la Argentina no dejan de sorprender.
Deportivo Camioneros, el club de los Moyano, está en condiciones de calificar para un premio Guinness, ya que ostenta el insólito logro de estar disputando dos torneos promocionales al mismo tiempo. Por un lado, acaba de ascender al Torneo Federal A tras derrotar en un muy polémico partido a Altos Hornos Zapla, de Jujuy. Al mismo tiempo, inició su participación en el Torneo Promocional Amateur. Lo inédito del caso es que Camioneros disputará así, a lo largo de 2024, un campeonato que otorga ascensos para la Primera B Nacional y otro que posibilita dos vacantes para la Primera C.
Este hecho se suma a un cúmulo de situaciones irregulares que se registran en las categorías promocionales del fútbol argentino, tales como los vertiginosos ascensos de Barracas Central y Deportivo Riestra a la principal categoría del fútbol profesional, solo por citar dos ejemplos conocidos.
La turbia red que se teje en el inusual caso de Camioneros se advierte al analizar su polémico ascenso con fallos escandalosos del árbitro y coiffeur Marcelo Sanz en el partido definitorio donde el equipo de los Moyano le ganó a Altos Hornos Zapla por 2 a 1 y se quedó con el quinto y último ascenso al Federal A. Camioneros tuvo a su favor dos penales que, según testigos, fueron inexistentes, uno de los cuales fue convertido por Facundo Moyano, hijo de Pablo y nieto de Hugo Moyano. Además, al equipo jujeño sufrió la expulsión de dos de sus jugadores y la anulación por presunto offside de un gol legítimo.
El referí que debía impartir justicia en el terreno de juego es oriundo de Mar del Plata como la familia Moyano y dirige en la liga de Mar Chiquita, donde uno de los referentes políticos es el exintendente Jorge “Pitingo” Paredi, quien luego de 16 años al frente de la comuna se sumó al directorio de Aguas Bonaerenses (ABSA). Curiosamente, en esa localidad bonaerense hizo su pretemporada el equipo de Barracas Central, la entidad mimada por el presidente de la AFA y yerno de Hugo Moyano, Carlos “Chiqui” Tapia.
Como las casualidades no existen, mientras el club marplatense Alvarado, con el que “simpatizan” los Moyano, derrotaba en forma polémica a All Boys, equipo al que también se le anuló incorrectamente un gol que le hubiera posibilitado el empate, a pocos metros del estadio continuaba abierta la peluquería de Marcelo Sanz, referí amigo y coiffeur de profesión.
Al tiempo que en la industria audiovisual suele circular una conocida frase que sostiene que muchas veces la realidad supera a la ficción, las conexiones entre el fútbol argentino y los sótanos de la política se inscriben en una especie de realismo mágico, aunque con poco de magia y mucho de fechoría.