Los desafíos de Boric
- 3 minutos de lectura'
El presidente de Chile, Gabriel Boric, llegó con la promesa de profundos cambios bajo el brazo que alimentaron no pocas expectativas. Pero en su primer año de gobierno no ha podido, hasta el momento, encauzar su gestión.
Las cifras de aprobación de Boric cayeron desde el 48%, al inicio de su gestión, a alrededor del 35%, según datos de la encuestadora Cadem, pese a que repuntaron algo gracias a su gestión de los incendios forestales.
Distintos motivos han hecho mella en la gestión. Los sondeos de opinión revelan desde hace meses una preocupante alza en la percepción de la inseguridad en la sociedad chilena. La fundación Paz Ciudadana publicó en octubre pasado que el miedo de ser víctima de un delito creció un 7,6%, y alcanzó un 28% a nivel nacional, la cifra más alta en 22 años.
La tasa de homicidios creció en un 70% en los últimos seis años, mientras que la percepción de daño provocado por el robo con violencia subió el 37% en una década. Los especialistas sostienen que los hechos de violencia –asaltos y homicidios especialmente– han crecido en el país trasandino por la aparición de delitos considerados importados, como el sicariato, la acción de motochorros y el tráfico de migrantes.
Hace pocos días, una banda de 12 delincuentes fuertemente armados irrumpió con tres vehículos en la pista del aeropuerto internacional de Santiago para robar un botín de 32 millones de dólares proveniente de Miami. Los asaltantes no pudieron cumplir su objetivo, pero se debió lamentar la muerte de un guardia y de un asaltante.
Tampoco contribuyó a fortalecer la gestión del presidente chileno la dura derrota en la Cámara de Diputados en relación con una reforma tributaria tendiente a aumentar los recursos provenientes de impuestos en un 3,6% del producto bruto interno para financiar cambios estructurales en pensiones, salud y educación.
Con 73 votos a favor, 71 en contra y tres abstenciones, el proyecto presentado por el gobierno de Boric y liderado por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, recibió sepultura. Lo más grave fue que las tres abstenciones provinieron de diputadas de su coalición.
El presidente Boric aseguró que su gobierno no caerá en ningún caso en el inmovilismo y que buscará el camino para habilitar un debate serio en el Parlamento de manera de poder aprobar la reforma tributaria que él considera necesaria para Chile. Después del rechazo parlamentario, cambió por segunda vez su gabinete en menos de un año.
Pese al complicado escenario interno, Boric ha ganado terreno en el campo internacional no solo por su defensa de los derechos humanos en foros multilaterales, sino también por su firme y decidida condena a Venezuela y Nicaragua, tal como quedó de manifiesto en la última reunión de la Celac, en la que se diferenció de otros presidentes de la región.
Con un gabinete renovado, el mandatario chileno alimenta la esperanza de recuperar el apoyo político. Le resulta indispensable para llevar adelante la agenda de cambios que propone para poner al país trasandino en la senda del crecimiento que asegure equidad social.