Los cultivos ilícitos
Diario El Tiempo/Colombia
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BOGOTÁ.– Si hay un frente en el que se ha sentido con mucha fuerza el cambio de gobierno es en el de los cultivos ilícitos. Tras varias décadas en las que no obstante los diferentes matices ideológicos de quienes tuvieron las riendas del país estuvo claro que la erradicación era una tarea de la que no se podía prescindir, el enfoque que el gobierno de Gustavo Petro tiene del problema del narcotráfico ha llevado a que se frene la labor.
El asunto es complejo y preocupante. Mientras el expresidente Iván Duque advierte que el país está a las puertas de alcanzar la alarmante cifra de 300.000 hectáreas, el Ejecutivo aspira a que negociaciones con las organizaciones dedicadas al negocio en el marco de la “Paz total”, acciones de interdicción y desmantelamiento de las estructuras financieras y una política que busque tener a los cultivadores de aliados de la estrategia gubernamental rendirá frutos.
El país está ante una ruptura en la forma de abordar uno de sus desafíos más importantes y es necesario velar porque se garantice la prevalencia del bien común y la tranquilidad de la población que habita las zonas cocaleras. Las economías ilícitas son caldo de cultivo para la consolidación del crimen organizado. El primer paso es una estrategia pública, robusta e integral, que por ahora no se ve, pero que el Gobierno está en capacidad de materializar. Es el momento.