Los cuatriciclos no son un juego
Todos los veranos, los cuatriciclos en las zonas balnearias pasan a ser un tema de preocupación. Si bien pueden ser considerados un medio de transporte recreativo, también pueden transformarse, por su incorrecta utilización, en vectores de inseguridad y de accidentes.
No todas las personas están capacitadas para conducirlos, y para hacerlo adecuadamente se deben cumplir ciertas reglas y requisitos. Una regulación entró en vigor el año pasado, a partir de la modificación de la ley de tránsito, que hasta entonces no contemplaba la circulación de cuatriciclos por considerarlos vehículos rurales, ni tampoco de los UTV, que son los pequeños utilitarios 4x4 de estructura tubular.
Para poder conducirlos, ahora, es necesario tener al menos 17 años, obtener una licencia especial, utilizar siempre casco y antiparras, portar un seguro de responsabilidad civil y no llevar más de un acompañante, que también debe utilizar casco.
Quienes aspiren a manejar estos vehículos, por reglamentación de la Agencia de Seguridad Vial, deberán aprobar un examen teórico-práctico que contará con ascensos, descensos y otras pruebas de destreza. Del mismo modo, sus conductores deberán respetar el límite de alcoholemia que corresponde a los motovehículos, que es de 0,2 g/l, en tanto que cada municipio debe determinar con claridad cuáles son las zonas seguras y permitidas para circular.
Estos vehículos no son un juego de niños. Tienen un peso que va de los 170 a los 220 kilos y pueden alcanzar velocidades de hasta 140 kilómetros por hora. Los expertos en cuestiones de transporte indican además que el exceso de carga produce alteraciones en el momento del frenado, lo que los torna más inestables y, en un vuelco o en una caída, pueden lastimar seriamente a sus tripulantes, ni qué decir de quienes son atropellados.
Si a esto se suma la imprudencia habitual de quienes circulan sin casco o con más de un acompañante, las posibilidades de que se desencadene una tragedia se incrementan.
Además de las reglamentaciones, leyes y controles, sin duda correctos y muy necesarios, es imprescindible llevar a cabo campañas de concientización para que la población advierta los riesgos reales y se tomen todos los recaudos del caso.
La utilización de los cuatriciclos fuera de los espacios seguros no solo está prohibida y da lugar a sanciones, sino que además genera un enorme riesgo, ya que en caso de un siniestro vial el auxilio puede llegar demasiado tarde, pues muchas zonas en las que circulan están totalmente aisladas.
Un claro ejemplo de la falta de concientización existente lo brinda el resultado de una encuesta nacional divulgada el año último, realizada por el Observatorio de la Cámara de Empresas Productoras de Software Vial (Cecaitra), en la cual se registró que el 36% de los consultados no sabían que existía alguna norma de regulación sobre el uso de cuatriciclos; el 45% dijeron que tenían alguna idea de su existencia, y apenas el 19% afirmaron que estaban completamente enterados de las nuevas normativas.
A juzgar por algunas informaciones e imágenes elocuentes que llegan desde la costa bonaerense y de otros sitios de la Argentina, si bien se ha avanzado en la regulación y el control de este medio de transporte, sin duda, queda aún una gran tarea por encarar.