Los que abrazaron el nihilismo
Otras opiniones/The New York Times
NUEVA YORK.– La esencia de una demanda presentada por el estado de Texas, y respaldada por más de otros 17 estados sería ridícula si no fuera tan peligrosa. El fiscal general de Texas, Ken Paxton, quien está acusado de fraude de valores, pidió a la Corte Suprema que revoque los resultados de las elecciones presidenciales en otros cuatro estados. Como cuestión legal, este es el equivalente aproximado de objetar con el argumento de que la otra parte está ganando. Como retórica política, sin embargo, es incendiaria.
La Corte Suprema hizo bien en desestimar la demanda. Pero que el Partido Republicano lo intentó y fracasó no hace que el intento sea menos odioso. Hay muchos líderes republicanos que, como registrarán los libros de historia, querían que tuviera éxito.
Lo que hace que todo este episodio sea tan triste es que la nación necesita un partido de oposición vibrante, honesto y patriótico. Un partido que argumenta de buena fe para ganar más votos la próxima vez. Muchos republicanos, particularmente a nivel estatal y local, se mantuvieron erguidos y orgullosos contra los peores instintos del partido nacional.
La salud de una democracia se basa en la confianza pública en que las elecciones son libres y justas. Cuestionar la integridad de una elección es un asunto de suma seriedad. Al hacerlo sin ofrecer ninguna prueba, el Sr. Paxton y sus colaboradores se han deshonrado. Los fiscales generales juran defender el Estado de Derecho.