Les Luthiers, humor sin tiempo
Dicen los que saben que hacer reír es mucho más difícil que hacer llorar. Será por eso de que reír mucho tiene efectos sanadores que todos debiéramos hoy esforzarnos por soltar alguna carcajada de vez en cuando para contrarrestar tantos sentimientos complicados que se asocian con el aislamiento y el encierro que hoy se nos imponen.
Como el cerebro no distingue diferencias se afirma que, sin ningún disparador externo, uno puede simplemente producir a voluntad una risotada para que todo nuestro sistema se active favorablemente, movilizando más de 300 músculos de todo el cuerpo y liberando así positivas endorfinas. Hablamos de comprobados beneficios psicológicos, físicos y sociales que promueven los seguidores de la risoterapia.
En los últimos días, la partida del inefable Marcos Mundstock nos retrotrajo a memorables momentos en los que su inconfundible voz era capaz de arrancarnos las más sonoras carcajadas. Los medios se encargaron de reproducir, a raíz del deceso, pasajes hilarantes que quedarán para siempre en el recuerdo de tantos miles de espectadores del mundo entero.
Desde sus inicios, en 1967, el conjunto Les Luthiers se fue transformando. Sus integrantes fueron cambiando, pero su sello trascendió a las personas. El mérito del equipo superó al de las individualidades, diría Claudio Zuchovicki al referirse a ellos en una columna días pasados. De hecho no es la primera vez que les dedicamos un espacio para celebrar sus éxitos. Constituyen sin duda un maravilloso ejemplo de lo que una buena idea puede producir cuando los hombres dejan de lado personalismos muchas veces fatuos para priorizar el resultado colectivo, facilitando así también su perduración en el tiempo.
"Les Luthiers no muere con ninguno de sus integrantes", expresó Lucía, hija de Mundstock. "Hemos de aprender a convivir con su ausencia", dijeron sus compañeros del grupo. El diario El País de Madrid titulaba: "Mastropiero sigue componiendo" y afirmaba días atrás que "la herencia de Masana, Rabinovich y Mundstock continúa alimentando a Les Luthiers", en referencia a tres de sus integrantes ya fallecidos. Recordemos que en 2017 este grupo con más de medio siglo de actuación fue distinguido con el Premio Princesa de Asturias, sumado al Grammy Latino de 2011 y a tantos otros merecidos reconocimientos.
Una buena orquesta, una suma de capacidades, un ejemplo de lo que un equipo de argentinos pueden lograr motorizados detrás de un objetivo superador. Un éxito de taquilla que, en términos gestálticos, confirma que el todo es mucho más que la suma de las partes.