Las lecciones de Jujuy
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El resultado de las elecciones legislativas realizadas anteayer en Jujuy arrojó un amplio triunfo de la lista avalada por el gobernador provincial, Gerardo Morales, que obtuvo más del 41% de los votos y aventajó por una diferencia de casi treinta puntos a la nómina del Frente de Todos. Si a la lista Cambia Jujuy, que respondía al mandatario jujeño, se suman los votos de la agrupación Primero Jujuy, inspirada por el vicegobernador peronista Carlos Haquim, el oficialismo provincial rondó el 50% de los sufragios.
Los comicios constituyeron un respaldo al rumbo que la gestión del radical Morales ha buscado darle a Jujuy, y a la política de alianzas que incluye a Pro y a la Coalición Cívica. Pero sin dudas el dato más concluyente pasa por el pobre papel del kirchnerismo duro, que confluyó con la jefa de la organización Tupac Amaru, Milagro Sala, en la lista Unidad para la Victoria, que apenas cosechó alrededor del 5% de los votos y no alcanzó bancas legislativas.
De los guarismos de la elección puede así interpretarse que la sociedad jujeña ha resuelto ponerle un límite en las urnas a la volundad intimidatoria de Milagro Sala, condenada por la Justicia por el ejercicio de la violencia y como jefa de una asociación ilícita destinada a extorsionar y a cometer fraudes contra la administración pública.
Quedó en evidencia que el pueblo jujeño, mayoritariamente, rechaza los delirios totalitarios del populismo que ha encarnado la dirigente de Tupac Amaru, considerada una “presa política” por el kirchnerismo, algunos de cuyos referentes han impulsado sin éxito una disparatada intervención del Poder Judicial provincial.