La victoria de Trump
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Tal vez no haya que buscar explicaciones demasiado sofisticadas para entender el resultado electoral que acaba de abrirle la puerta a Donald Trump para retornar a la presidencia de los Estados Unidos a pesar de las dudas que despiertan los antecedentes judiciales y las amenazas contra la prensa por parte del candidato del Partido Republicano.
La ciudadanía estadounidense no ha terminado de acostumbrarse a niveles inflacionarios que, en 2022, en buena parte merced a los efectos de la pandemia, superaron el 9% anual. Aunque descendió en los dos siguientes años, la inflación, tanto como la fuerte suba de tasas de interés con que la Reserva Federal buscó estabilizar a la economía, y el encarecimiento del crédito hicieron descender la confianza de la población, que buscó un cambio político.
Junto a ese estado de insatisfacción por la marcha de la economía, se presentó en una porción no menor de la ciudadanía una coincidencia con la posición de Trump en contra de los inmigrantes. Encuestas de opinión pública revelaron que alrededor del 55% de los estadounidenses consideran que la inmigración debe reducirse. Se trata del porcentaje más elevado desde 2001, cuando se produjo el atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York.
Sin duda, las expectativas que en materia económica ofrecía el candidato republicano pesaron en los aproximadamente cinco millones de votantes que definieron en su favor la contienda electoral más que los miedos que podían provocar algunas de las amenazas proferidas por Trump contra valores esenciales de la democracia y que las denuncias por graves delitos en su contra.
La victoria de Trump no deja de sembrar interrogantes, ante el peligro de un avance del autoritarismo nada menos que en un país que ha sido y aún hoy es un modelo para las democracias en el mundo. Que su presidente electo advierta que recurrirá a todos los métodos posibles para vigilar a la prensa y que afirme que “cuando un periodista se dé cuenta de que terminará en la cárcel y que será la novia de otros prisioneros no tardará en revelar sus fuentes” solo puede generar preocupación.
Funcionarios del gobierno argentino festejaron el triunfo de Trump, al tiempo que el presidente Javier Milei se apuró a gestionar un encuentro con el mandatario electo de los Estados Unidos. La favorable reacción de los mercados en la Argentina, expresada en la caída del riesgo país y en la suba de los activos locales, podría indicar que el resultado electoral del país del norte beneficiaría a nuestro país, particularmente por la buena relación que mantienen Milei y Trump. Las estadísticas de los últimos años indican que el comercio internacional tiende a intensificarse entre países amigos. Según analistas, la relación bilateral entre la Argentina y Estados Unidos podría verse incrementada por el lado de la promoción de las inversiones norteamericanas aquí, más que por una mayor apertura comercial.
Cierto es que si Trump impulsa, como ha prometido, medidas más proteccionistas, estas no ayudarán a países como la Argentina. Sin embargo, el hecho de que Estados Unidos sea el principal emisor de financiamiento del mundo y el mayor socio dentro del FMI podría servirles a las autoridades argentinas para avanzar hacia un acuerdo más favorable con el organismo financiero internacional.