La peligrosa Venezuela
Un reciente informe de la organización Human Rights Watch (HRW) denunció la persecución del régimen de Nicolás Maduro a organizaciones civiles que brindan asistencia humanitaria a una población que está atravesando la peor crisis de su historia. Según ese organismo, las autoridades venezolanas "han llevado a cabo una campaña sistemática contra los grupos de derechos humanos y humanitarios que operan en el país, que incluye la congelación de cuentas bancarias, la emisión de órdenes de detención y el allanamiento de oficinas, así como la detención de algunos miembros para interrogarlos".
"Al bloquear el trabajo de las organizaciones de ayuda en medio de una emergencia humanitaria, con niños que pasan hambre y pacientes de Covid-19 que necesitan un tratamiento adecuado, las autoridades están demostrando que se preocupan más por reprimir a su gente que por ayudarla", opinó el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco.
La Corte Penal Internacional (CPI), a través de la fiscal Fatou Bensouda, dio a conocer su informe preliminar 2020, del que surge que hay fundamentos razonables para creer que al menos desde abril de 2017 autoridades civiles, miembros de las fuerzas armadas e individuos a favor del régimen chavista han cometido crímenes de lesa humanidad como encarcelación, tortura, violación y otras formas de violencia sexual, y persecución a un grupo o colectividad por motivos políticos.
En otro informe, la Inter-Parliamentary Union sostiene que Venezuela es el país que registra más ataques a sus legisladores: en el último año hubo al menos 134, superando a Yemen, que registró 90 casos. Según esas estadísticas, todas las agresiones estuvieron dirigidas a legisladores de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), conformada en 2015 para las elecciones legislativas, en las que los opositores consiguieron la mayoría. Sostiene que fueron víctimas de tortura, tratos crueles, actos de violencia, intimidación, suspensión de funciones legislativas y arrestos arbitrarios.
Coincide con esas denuncias un estudio del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), que dice que hubo al menos 11.891 muertes de ese tipo, en 2020 y ubica a ese país como el de América Latina donde se registran más muertes violentas. Y determinó que, en comparación con 2019, cuando se produjeron unas 16.506 muertes violentas, en 2020 hubo una "importante disminución", entre otras cosas, por la migración masiva de venezolanos.
El director del OVV, Roberto Briceño León, destacó que "la epidemia de la violencia resultó 11 veces más letal que la del Covid-19" y que desde 2016 han evidenciado un "aumento sostenido de la letalidad policial en relación a las muertes provocadas por delincuentes".
El régimen dictatorial de Maduro tiene el triste privilegio de ocupar los peores lugares en materia de corrupción y en inflación, siendo líder en el mundo. El narcotráfico está a la orden del día y la violación de los derechos humanos es una repudiable constante. Sumado todo ello al colapso sanitario y humanitario, Venezuela se ha tornado en un lugar sumamente peligroso para la más mínima supervivencia.