La Constitución chilena, con futuro incierto
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Una nueva propuesta de Constitución será sometida a plebiscito en Chile el 17 del corriente mes. Su elaboración corrió por cuenta del Consejo Constitucional, en articulación con una Comisión Experta y un Comité Técnico de admisibilidad designados por el Congreso.
El documento fue aprobado por 33 de los 50 miembros del Consejo Constitucional, superando la mayoría requerida de dos tercios, pero mostrando la división en torno al texto, en un segundo intento por cambiar la Carta Magna tras un fallido primer proceso.
Sus defensores argumentan que garantiza libertad y seguridad y da certezas económicas y jurídicas porque recoge las preocupaciones ciudadanas, como la seguridad o la migración, y asegura que su aprobación pondrá fin a los cuatro años de incertidumbre institucional que provocó el estallido social de 2019.
Además, y como señaló Beatriz Hevia, presidenta del ahora disuelto Consejo, la nueva propuesta “tiene, finalmente, la capacidad para terminar con la incertidumbre institucional y política, fortaleciendo el Estado de Derecho y la certeza jurídica, y dispone las herramientas necesarias para reactivar nuestra economía”.
Sus críticos tildan el texto de partidista y dicen que perpetúa el modelo neoliberal que instaló la Constitución actual, vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet y reformada decena de veces en democracia. Aducen la falta de garantías en temas como el derecho a la educación y la salud.
También cuestionan la norma que protege la vida de quien está por nacer, ya que entienden que podría colisionar con la ley de las tres causales que permite la interrupción del embarazo en caso de violación, anomalía fetal mortal y riesgo para la vida de la madre.
Cabe recordar que el primer intento de nueva Constitución, un documento redactado principalmente por líderes de izquierda e independientes, fue rechazado rotundamente en el referéndum realizado el año pasado. Ello abrió la puerta a un nuevo proceso, controlado por políticos, que, según analistas, tenía más posibilidades de elaborar un documento moderado, más aceptable para los votantes.
El gobierno del presidente Gabriel Boric, que en el anterior proceso favorecía la opción de aprobar el texto de corte progresista, ha resuelto que, si esta nueva propuesta es rechazada, seguirá vigente la actual Constitución porque no habrá durante su mandato un nuevo proceso reformatorio.
El resultado del plebiscito está abierto, aunque todas las encuestas dan como ganadora a la opción que rechaza el texto. El 50% se declara en contra, mientras un 32% dice estar a favor, según la encuestadora Cadem. Conforme el mismo sondeo, el papel clave lo jugarán el 18% de electores que se declaran indecisos y es a ellos a los que intentarán convencer los partidos durante los días que restan.