La Argentina necesita lógica
Una ONG lanzó una audaz campaña exigiendo una reforma tributaria para que la Argentina deje de ser el país con más impuestos en el mundo
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Reiteradamente desde este espacio hemos planteado la urgente necesidad de encarar una reforma fiscal seria y ordenada, en el marco de transformación que demanda el manejo del Estado.
Recientemente hizo su aparición en la vida pública una organización sin fines de lucro bautizada Lógica. Apartidaria, surgió precisamente para generar conciencia sobre la grave problemática fiscal de la Argentina que involucra gasto público, impuestos e inflación.
Con un tono audaz y popular, su disruptiva presentación tuvo lugar directamente en la vía pública. Un video que se ha viralizado se inicia con un gran cartel publicitario, a metros del Obelisco, referido a los recientes campeones de mundo. La imagen menciona “165 impuestos, en esto también somos campeones mundiales”. Y al pie, el mantra: “Gasto lógico. Impuestos lógicos. País lógico. Argentina necesita Lógica”. El lanzamiento en redes sociales (@paisconlogica) fue con una encuesta fiscal.
Lógica convoca a todos los argentinos que han vivido en carne propia cómo los excesos fiscales de los tres niveles de gobierno han afectado sus vidas personales y laborales, siendo una de las causas principales de las recurrentes crisis de la Argentina.
Abuso, desidia, descontrol de la clase política pero también indiferencia de buena parte de la ciudadanía, por comisión o por omisión, nos han traído hasta aquí. Pero hay incipientes señales de que esto ha empezado a cambiar, de la mano de nuevos actores de dentro y fuera de la política, percibiéndose un caldo de cultivo positivo para cambios en el modelo fiscal.
Equipos técnicos, partidarios y neutrales se encuentran trabajando a fin de proponer reformas económico-fiscales para el próximo ciclo. Pero hay algo distintivo en la iniciativa de Lógica: las acciones se focalizan en la etapa previa, en generar conciencia, para que esas reformas fiscales sean demandadas desde todos los sectores y niveles, empezando por la propia ciudadanía. Se busca generar una concientización de abajo hacia arriba, facilitando mensajes y herramientas para que se puedan concretar cambios reales y permanentes en el escenario impositivo. De lo que se trata es de que ese cambio de conciencia fiscal-social rompa el círculo vicioso fiscal-político.
El Banco Mundial, en su conocido ranking de impuestos, desde hace ocho años y dejando de lado a la ignota Comoras, ha calificado a la Argentina como el país con el sistema tributario más gravoso del mundo. Pero ni los impuestos más altos alcanzan para afrontar el descontrolado gasto público, por lo que se echa mano a la tan nociva inflación, la sexta más alta del mundo, de casi tres dígitos. El dislate fiscal jaquea a toda la sociedad, sumiendo a casi medio país en la pobreza. Al respecto, en el manifiesto de Lógica se dice: “La Argentina puede cambiar esto. Pero solo lo hará si todos y cada uno entendemos que ser el país más gravoso es una desgracia colectiva y personal”. Es decir, que todos los ciudadanos, y especialmente los más necesitados, puedan dimensionar la tan pesada carga que hoy representa este nivel de gasto público, impuestos e inflación en su vida diaria.
En un contexto en el que la clase política de distintos signos ha fracasado al no encontrar soluciones a acuciantes problemas como la cuestión fiscal, es una bocanada de aire fresco que aparezcan iniciativas como las de Lógica que se suman a otras entidades de la sociedad civil que vienen trabajando cada vez más sobre ese terreno, algunas aportando análisis técnico, otras dedicadas a aportar transparencia mediante la difusión de datos y otras fomentando relaciones a nivel político y proponiendo bajas de impuestos.
Si las soluciones fiscales no han llegado desde los niveles políticos, es tiempo de que lleguen reclamadas por la gente y facilitadas desde el tercer sector. De hecho, los casos de éxito de cambios de conciencia que hemos experimentado los argentinos, desde la consolidación y valoración de la democracia hasta la igualdad de género, son ejemplos de cómo resulta más probable lograr instalar un cambio cuando la demanda proviene de la gente más que de la política.
Hay indicadores de que podríamos estar transitando el momento propicio para un cambio de conciencia en lo fiscal a partir también de que las necesarias reformas sean claramente exigidas por los votantes a sus candidatos. Interrumpir la fatal inercia que nos trajo hasta aquí, abrirá el paso a la compleja implementación de los nuevos modelos, con beneficios permanentes para todos.