Juntos y arremangados
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Como cada año, este fin de semana se lleva adelante la Colecta Más por Menos en parroquias, capillas y colegios. El eslogan de este año es “Para salvarnos hay que juntarnos y arremangarnos”. A treinta años del fallecimiento del creador de esta iniciativa, monseñor Jorge Gottau, su ejemplo sigue inspirando a quienes trabajan desinteresadamente por los demás rindiendo prolija cuenta del destino de cada peso recaudado.
No hay semana en que las noticias no difundan estremecedores índices de pobreza, indigencia, subalimentación, falta de techo o salud de millones de argentinos. Son vidas jaqueadas por una economía derrumbada, muchas veces sin trabajo y tristemente también sin sueños. La cantidad de niños y jóvenes afectados por esta realidad no puede dejar de estremecernos cuando ellos serán los protagonistas del futuro. Los niveles de vulnerabilidad alcanzados no se revierten de la noche a la mañana. Y sus consecuencias serán inalterables para muchos.
En sentido amplio, somos una nación porque compartimos mucho más que un territorio y una secuencia de gobiernos responsables de habernos traído hasta acá. Esta comunidad histórica y cultural que nos hermana también nos desafía a apoyarnos los unos a los otros para avanzar juntos hacia un mejor futuro, con inclusión y desarrollo para todos. Si hay algo que sabemos los argentinos de bien es que nunca ha sido fácil y que solo con esfuerzo podremos superar esta dolorosa coyuntura. “Arremangarnos significa decidirnos a hacer algo por los demás, dentro de nuestras posibilidades, y ser activos protagonistas de la solidaridad”, reflexionaba el obispo de Añatuya, José Luis Corral.
Los fondos se destinan a promoción humana y social, contribuyendo al desarrollo de infraestructura, equipamiento y sostenimiento de comedores, asilos, hogares, internados y albergues. Los centros educativos tienen un rol primordial, las becas, la capacitación para promover fuentes de trabajo como talleres, huertas o cooperativas se suman a las salas de primeros auxilios en zonas rurales o marginales.
La Comisión Episcopal de Ayuda a las Regiones Más Necesitadas depende de lo recaudado para planificar y organizar las actividades anuales. Quienes necesitan ayuda no saben de calendarios, por lo que las contribuciones son bienvenidas también a lo largo del año. Si nos arremangamos, es mucho lo que entre todos podemos hacer.