Juegos Olímpicos, de París al mundo
Se abre una nueva instancia para que el deporte brille, derribando barreras hacia la integración y la inclusión en el mundo.
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En abril pasado se encendió en Olimpia (Grecia) la llama olímpica, allí donde antiguamente se disputaban los Juegos Olímpicos y, tras diez días de recorrido, llegó a Atenas donde la recibió el Comité Organizador de París 2024, por tercera vez sede de las competencias (1900, 1924 y este año). El icónico símbolo de acero reciclado es obra del creador francés Mathieu Lehanneur, quien aunó los conceptos de igualdad, paz y agua, pues el desfile inaugural de las delegaciones tendrá lugar hoy, en el río Sena, con embarcaciones de cada país navegando hasta Trocadero, frente a la Torre Eiffel. Estos juegos que concentrarán la atención mundial se prevén innovadores por cuanto muchos eventos se desarrollarán fuera de los estadios, en plazas, jardines, parques y patios de colegios.
La Villa Olímpica, una pequeña aldea en la que se cruzarán idiomas, costumbres y tradiciones, se convierte en símbolo de interculturalidad con la presencia de 206 países, sin contar a rusos y bielorrusos que participarán como atletas individuales neutros. Con unas 52 hectáreas de superficie, un total de 7200 habitaciones en 82 edificios permitirá alojar a 10.500 atletas durante los Juegos Olímpicos y a unos 4400 en los Paralímpicos, que arrancan el 28 del mes próximo, en igual número de hombres y mujeres que disputarán el medallero, por primera vez en la historia.
EE.UU. envía 592 atletas, superando a Francia, que participa con 573, seguida por Australia (460), Alemania (427) y Japón (404). La delegación argentina se hace presente con 136 deportistas que competirán en 25 disciplinas deportivas. La jugadora de hockey Rocío Sánchez Moccia y el voleibolista Luciano De Cecco, ambos en su 4ª participación olímpica, serán los abanderados de nuestra delegación en la ceremonia de apertura.
Las mayores esperanzas están depositadas en los deportes de equipo como el fútbol, el hockey, el rugby y el voley, donde la unión, pasión y entrega de nuestros deportistas compensan las múltiples carencias en gestión deportiva y los raquíticos presupuestos a los que se sobreponen quienes compiten contra sí mismos para mejorar tiempos y marcas. Las expectativas en cuanto a resultados es moderada, en línea con las 3 medallas obtenidas en los últimos juegos de Tokio y en las anteriores ediciones de Río 2016 y Londres 2012 con cuatro preseas.
El centro de mando de operaciones tecnológicas de las 63 sedes olímpicas y paralímpicas, dedicadas o no a las competiciones, dispone de 610 metros cuadrados que albergarán el equipamiento informático provisto por la empresa francesa Atos. Desde el software que administra las acreditaciones; el portal de 45.000 voluntarios; el calendario de competiciones, clasificaciones y la ciberseguridad del evento, todo depende de plataformas y servicios cuyo correcto funcionamiento ha sido debidamente probado a lo largo de tres años, con más de 250.000 horas de testeos para minimizar errores, fallas o incidentes que podrían impactar en la competición. Solo de transmisiones televisivas se calculan unas 350.000 horas. Nunca una cuestión técnica debería retrasar una competición, para lo cual las soluciones de backup son fundamentales.
La centralización de resultados y las estadísticas compiladas de la actividad en cada sede llegarán a agencias de noticias, federaciones y comités olímpicos de todo el planeta mediante un sistema que convierte los resultados y los presenta de manera inmediata en la web. Con unos 20.000 periodistas acreditados, a la infraestructura de redes se suman unas 150 aplicaciones debidamente validadas que operarán para cumplir con los requerimientos de una enorme diversidad de actores internacionales.
Unas 300 personas coordinarán tareas con 2000 especialistas ubicados en distintas partes del mundo a lo largo de las 24 horas de cada jornada. En Atos están convencidos de que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024 serán “los más tecnológicos y ciberseguros” de la historia olímpica.
Es nuestro deseo que el deporte en su máxima expresión sea un faro que ilumine al mundo, que tienda puentes y derribe barreras, contribuyendo a la inclusión e integración de los pueblos. Pretendemos que los buenos ejemplos se multipliquen y sean contagiosos, y que las trampas, el doping y otras prácticas aberrantes queden fuera de competencia para que triunfen el juego limpio y los más altos valores deportivos. En la aldea global, la tecnología es la aliada que nos permite palpitar desde cualquier lugar el espíritu y el minuto a minuto de un evento deportivo que recién veremos repetirse en Los Ángeles, Estados Unidos, en 2028.