Inmigrantes legales en los EE.UU.
En un reciente fallo dividido, la mayoría conservadora de los jueces que conforman la Corte Suprema de los Estados Unidos confirmó que aquellas personas que estén residiendo legalmente en ese país, pero que, por el motivo que fuere, no hayan obtenido la ciudadanía norteamericana, pueden ser detenidas y deportadas si cuentan en su haber con antecedentes penales, aunque sus delitos se hubieran cometido en un pasado lejano.
Si esos individuos estuvieran cumpliendo una sentencia judicial penal firme, cuando son liberados por haber concluido la condena de la Justicia norteamericana que les fuera impuesta, pueden ser inmediatamente arrestados por las autoridades migratorias del país del norte para ser entonces expulsados de esa nación.
Esa detención por parte de las autoridades migratorias norteamericanas no necesita, por lo demás, ser inmediata y puede entonces ocurrir algún tiempo después de la liberación del inmigrante.
Las normas norteamericanas respecto de los residentes que no son ciudadanos se están endureciendo de manera paulatina, requiriendo en esta etapa un mínimo de buena conducta.
En una reciente publicación de El Nuevo Herald, el vocero del Servicio de Ciudadanía e Inmigración norteamericano (Uscis, por sus siglas en inglés), Michael Bars, destacó: "Cada año, los beneficios de inmigración son alcanzables para muchas personas respetuosas de la ley que buscan legítimamente una mayor oportunidad, prosperidad y seguridad como miembros confiables de la sociedad [...] [El servicio] está comprometido con las reformas de inmigración basadas en un sistema de mérito que beneficia a los trabajadores estadounidenses, al pueblo norteamericano y a nuestra sociedad en la mayor medida posible".
Pocos días después, el propio presidente de los Estados Unidos, Donald Trump , expresó su conformidad con la inmigración. Pero aclaró: "[Que] vengan a nuestro país en las cantidades más elevadas de la historia, pero haciéndolo legalmente".
Ha sido una declaración clara de la voluntad del gobierno norteamericano y muy especialmente respecto de los límites legales requeridos para esa permanencia, es decir, que el país en el que voluntariamente los inmigrantes eligen vivir como huéspedes les respetará su condición de tales, pero solo en la medida en que muestren respeto por sus normas.