IA y lenguaje de señas
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Unos 70 millones de personas hipoacúsicas en el mundo utilizan más de 300 diferentes lenguas de señas para comunicarse, muchas debidamente reconocidas en el ámbito nacional de cada país, con su propia gramática y léxico. Existe también una variante menos compleja de uso internacional. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad reconoce y promueve estas herramientas de comunicación.
En el mundo avanza un cambio de paradigma que propone abandonar la mirada médica rehabilitadora que tiene la sociedad sobre las personas hipoacúsicas, priorizando una visión social que contemple sus derechos y su debida inclusión, para lo cual el lenguaje es básico.
En la Argentina, sin datos estadísticos actualizados, se estima que hay un millón de personas con hipoacusia, un grupo sumamente heterogéneo que incluye también a muchos adultos mayores. La ley 27.720 aprobada en abril de 2023 reconoce “a la Lengua de Señas Argentina (LSA) como una lengua natural y originaria … con una estructura gramatical completa, compleja y distinta del castellano”.
En Santa Fe se presentó un proyecto para que la LSA sea materia obligatoria en las escuelas con el objetivo de “incluir a todos aquellos ciudadanos que el sistema ha dejado afuera”. La experiencia indica que los niños se suman con entusiasmo a la propuesta de aprender y bien podría considerarse una materia al menos optativa en algún nivel de la escolaridad. Que las empresas cuenten con empleados capacitados para atender a la comunidad con esta discapacidad debería ser también algo habitual.
Las posibilidades que abrió la llegada de la inteligencia artificial (IA) incluyen plataformas para la enseñanza del LSA que funcionan a partir de la detección de movimientos de las manos y el rostro a través de la cámara de los dispositivos.
La aplicación Háblalo, que arrancó hacia fines de 2016 de la mano del joven Mateo Salvatto como un proyecto para ayudar a alumnos hipoacúsicos a comunicarse mejor, hoy asiste de manera gratuita, en 40 idiomas, a más de 350 mil personas de los cinco continentes.
La aerolínea de bajo costo Flybondi incorporó en los últimos días nuevos patrones de accesibilidad, ofreciendo la lengua de señas en sus vuelos. Con la entrega de una tablet, las personas con hipoacusia pueden seguir las instrucciones de las azafatas, superando el aislamiento y la incomunicación a la que se los condena habitualmente.
Seguir trabajando a favor de la inclusión siempre será un renovado desafío. Las innovadoras aplicaciones tecnológicas al servicio de la inclusión merecen ser celebradas toda vez que promueven deponer las barreras comunicacionales y actitudinales.