Histórica remada en el Riachuelo
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En el 98º aniversario del Club de Regatas Almirante Brown, el domingo pasado, una treintena de botes con 80 remeros navegaron los 5600 metros que separan la Vuelta de Rocha del viejo Puente Pueyrredón, en La Boca, completando dos circuitos bajo una persistente llovizna. La propuesta de remar en un lugar cuyas condiciones ambientales distan de ser las mejores surgió como un reto para las autoridades de aquella entidad, que, unidas a la Fundación por La Boca, decidieron avanzar con el proyecto de sumar el mítico sitio al calendario deportivo del remo. Hasta entonces, solo lanchas oficiales podían navegar el contaminado Riachuelo.
La Fundación por La Boca, ONG creada en 2001, reúne a empresarios, vecinos y artistas deseosos de promover el pintoresco barrio porteño. Su presidente, Oscar Andreani, destaca la importancia de desarrollar y rescatar el frente costero como lo hicieran muchas ciudades del mundo en iguales condiciones.
Desde 2006, la Fundación organiza la Remada por el Riachuelo en la que participaron ya más de 10.000 remeros. Esta cuenca había sido cuna del remo nacional, pero esos eventos se discontinuaron desde antes de la entubación del arroyo Maciel, a comienzos de los años 70, cuando el Club de Regatas Almirante Brown perdió la sede que allí tenía a raíz de las obras.
El saneamiento del Riachuelo es uno de los principales objetivos de la Fundación, junto con la recuperación y puesta en marcha del Transbordador Nicolás Avellaneda y sus cabeceras.
Más allá de competencias internas o remadas recreativas para concientización ambiental, solo ahora, cincuenta años después, se sumó formalmente el emblemático Riachuelo al campeonato anual. De hecho, actividades deportivas que solía desarrollar el referido club en el Delta del Tigre también se han mudado a La Boca.
Desde la Fundación por La Boca, que lleva 12 años impulsando la concientización de la remada por el Riachuelo, se celebró el regreso oficial del remo, con el propósito de que lo ambiental integre también lo deportivo. Participaron representantes del Nahuel Rowing, el Tigre Boat Club y el Club de Regatas La Marina, además del Instituto de Formación de Prefectura de Zárate y de las Escuelas Tecnológicas Raggio.
La cuestión de la reactivación de la navegabilidad regulada entre Cinco Bocas y Barraca Peña fue debatida en una audiencia pública convocada por la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar) meses atrás. En 2008, una cautelar de la Corte Suprema de Justicia había impuesto a la Nación, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma la obligación de sanear la cuenca y la prohibición de navegación habida cuenta de la grave contaminación de las aguas y la presencia de barcos hundidos. Para algunos, la limpieza y el saneamiento, sumados a los controles de empresas que vierten desechos en el curso de agua, cambiaron positivamente las condiciones. El paisaje y la pestilencia mejoraron y ya no se ven barcos hundidos, ya que fueron retirados.
Sin embargo, aún hay especialistas que advierten que no son aguas aptas para navegación y que continúan las descargas de contaminantes industriales y cloacales sin tratamiento. La propia Acumar describe que los valores de oxígeno disuelto todavía están por debajo de un milímetro por litro, lo cual hace imposible la vida.
Las competencias oficiales de remo en el Riachuelo son bienvenidas. Queda mucho por hacer, pero cada avance merece celebrarse. Es necesario extremar controles y penalidades para quienes suman polución y seguir remando para que el saneamiento completo de la cuenca sea pronto una realidad.