Globos y alienígenas
Diario El País/España
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MADRID.- La detección de un globo aerostático dentro del espacio aéreo de Estados Unidos el 28 de enero ha iniciado una cadena de acontecimientos que en dos semanas ha provocado acciones militares aéreas sin precedente sobre territorio norteamericano en tiempo de paz, un grave bache diplomático entre Washington y Pekín, y una ola de especulación fantasiosa sobre posibles objetos volantes extraterrestres. El globo en cuestión fue derribado por la Fuerza Aérea de EE.UU. después de atravesar el país durante una semana de costa a costa a una altura de unos 18.000 metros. Transportaba un aparato del tamaño de un avión comercial pequeño. Según EE.UU., se trataba de un artilugio de espionaje chino. China protestó y afirmó que era un equipo de medición meteorológica desviado de su ruta por el viento. En medio del intercambio de acusaciones, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pospuso un viaje a China que debía comenzar el 3 de febrero. En su lugar, trasladó por teléfono a su homólogo Wang Yi que EE.UU. consideraba el globo aerostático una “acción irresponsable” y una violación de su soberanía.
El intercambio diplomático ha estado salpicado de otros tres incidentes aún más chocantes. Entre el 10 y el 12 de febrero, aviones de EE.UU. derribaron en el aire tres “objetos no identificados”, uno de ellos sobre territorio canadiense bajo órdenes del primer ministro de ese país, Justin Trudeau. Nada se conoce de la naturaleza de estos objetos voladores, cuya única conexión con el espionaje es, por ahora, haber coincidido con la escalada de acusaciones y con una elevación de la alerta sobre el espacio aéreo conjunto de Norteamérica a raíz del primer incidente. El mundo asiste atónito a un nuevo e inesperado episodio del enfrentamiento geopolítico. Para hacerse una idea de la confusión, baste señalar que la Casa Blanca tuvo que desmentir expresamente que se tratara de objetos volantes de origen extraterrestre: alienígenas.