Garantizar la seguridad ciudadana debe ser la prioridad
Con demora y antecedida por inaceptables chicanas políticas entre las principales autoridades del área de seguridad nacional y bonaerense, anteayer ambas jurisdicciones acordaron hacer un mapeo del territorio provincial para identificar los lugares más críticos y de conflicto, y ver en qué pueden aportar las fuerzas federales en materia de inteligencia criminal, operativos de seguridad ciudadana e investigación judicial.
No hay dudas de que urge hallar una solución al desmadre de la inseguridad, no solo en la provincia de Buenos Aires, sino en muchas otras jurisdicciones temerosas de convertirse en la nueva Rosario, donde una organización criminal como la banda de Los Monos, en alianza con sectores de la policía local, desafía al Estado sentando sus propias bases de convivencia violenta y mafiosa, y generando una conmoción social de la que se registran muy pocos antecedentes en el país, con 38 muertes en lo que va del año.
No hay dudas tampoco de que para encarar un plan hay que tener un diagnóstico, pero es una lástima que se hayan perdido más de dos meses desde que asumieron las nuevas autoridades para "mapear" una realidad que los medios de comunicación vienen reseñando día tras día y, los vecinos, sufriendo hora tras hora.
Tan solo en las dos últimas semanas, junto con fuertes sospechas de zonas liberadas, se conoció que un hombre fue baleado delante de su esposa e hija en un estacionamiento de un shopping, en San Isidro; que otro delincuente también baleó a un chofer de delivery en una pizzería de Gregorio de Laferrère; que cuatro ladrones siguieron a una persona desde el Banco Nación de Lomas de Zamora hasta su domicilio, donde se produjo un intento de robo en el que resultó muerto uno de los delincuentes; que un padre y su hija impidieron una entradera en su casa de Isidro Casanova; que ahora los motochorros hallaron como nueva modalidad el ataque "piraña" para cercar a sus víctimas y robarles en segundos; que varios delincuentes rompieron la puerta de un domicilio, amenazaron a sus dueños y les saquearon todo el dinero que tenían, en La Plata, y que un ladrón murió en un intento de salidera bancaria, en Adrogué.
Convengamos en que recién ahora se decide hacer un "mapa del delito". Que mientras los funcionarios discutían si pistolas Taser o victimización del victimario, la provincia seguía convirtiéndose en un polvorín.
Actualmente, la Gendarmería patrulla varias zonas del conurbano bonaerense. Hay gendarmes dispuestos en Fuerte Apache. También funciona una base de la Gendarmería en Villa La Florida, en Quilmes, y en otros puntos críticos. Pero no es la primera oportunidad en que ello ocurre. Cada vez que las policías distritales y comunales se ven superadas por el delito, la Gendarmería va en su auxilio. El problema es que no son soluciones de largo alcance, sino parches.
Los Estados deben reaccionar con rapidez, inteligencia y planes efectivos y duraderos para enfrentar a una criminalidad cada vez más violenta y, fundamentalmente, para prevenir que se no produzcan más hechos ilícitos. Las peleas políticas deben quedar reservadas a los escritorios. La seguridad en la calle está en peligro y, con ella, las vidas de miles y miles de personas.