Fútbol y racismo
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En un condenable hecho registrado en la liga española de fútbol, el jugador brasileño de Real Madrid Vinicius Jr. fue insultado y tildado de “mono” por hinchas de Valencia durante un partido disputado dos domingos atrás en el estadio de este último club. La reacción violenta del futbolista mereció su expulsión, aunque luego fue dejada sin efecto por el Comité de Competición.
Real Madrid denunció que los órganos responsables no toman las medidas con la contundencia y premura necesarias para combatir a “estas lacras que son el racismo, la xenofobia y el odio” cuando las señales de alarma hace ya tiempo que suenan. Diez serían ya las denuncias presentadas por este club que solo fueron archivadas.
Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), admitió: “Mientras haya un solo aficionado, un solo indeseable o grupo de indeseables, que insulte por condición sexual, por color de piel o credo, tenemos un grave problema”. La RFEF instó a la Comisión Antiviolencia y al Comité de Competición a decretar sin dilaciones sanciones como cierres de tribunas y de estadios ante situaciones de este tenor.
Por su parte, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, agregó que “no hay lugar para el racismo en el fútbol ni en la sociedad”, al igual que Alejandro Domínguez, de la Conmebol. El reconocido director técnico Josep Guardiola fue lapidario e instó a aprender de los británicos a la hora de sancionar estas actitudes.
Mientras Valencia condenó los hechos y anunció que expulsará “de por vida” a los responsables, el jugador afectado analiza dejar la liga española antes de la finalización de su contrato, en 2027.
Las canchas de fútbol se convirtieron en espacio de expresión de valores racistas muchas veces enquistados en grupos de ultraderecha. En el pasado, futbolistas como Jadon Sancho, Marcus Rashford, Bukayo Saka, Samuel Eto’o y otros han sido también estigmatizados.
Entre nosotros, Racing Club recibió una multa de 100.000 dólares de la Conmebol por insultos racistas de su hinchada en el partido ante Flamengo del 4 de mayo pasado. También, tras el partido entre Gimnasia y Esgrima La Plata e Independiente Santa Fe de Colombia por la Copa Sudamericana disputado en nuestro país días atrás, el jugador colombiano Hugo Rodallega denunció entre lágrimas que los rivales lo llamaron “mono” y “negro”.
Los actos de xenofobia o racismo deben condenarse ejemplificadoramente. Los estadios no pueden ser un espacio para cánticos fascistas o nazis. Para que el fútbol, como cualquier fiesta deportiva, no pierda su valioso brillo, debe estar signado por la tolerancia y el respeto, al tiempo que debe aprovecharse la tecnología con el fin de identificar y condenar a quienes recurren a la violencia, tanto física como verbal.