Firmeza contra el femicidio
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El 25 del mes último se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, un enorme problema frente al cual nuestro país tiene mucho por hacer. El impactante número de femicidios acrecienta la preocupación por este doloroso fenómeno.
Según el Observatorio Adriana Marisel Zambrano, de La Casa del Encuentro, unos 300 femicidios y 7 transfemicidios fueron cometidos en el último año en el país, dejando sin madre a 338 niños. Entre ellos, 176 ocurrieron en la vivienda, 38 en la vía pública y 19 en descampados.
El reporte agrega que el 52% de los agresores eran parejas o exparejas de las víctimas y el 17%, otros familiares. Teniendo en cuenta las modalidades, 99 mujeres fueron asesinadas por armas de fuego; 66, apuñaladas y 39, golpeadas, mientras que en 22 de ellas hubo indicios de abuso sexual.
El Observatorio Mujeres de la Matria Latinoamericana planteó al Gobierno la necesidad de declarar la emergencia para asignar recursos especiales y evaluar el impacto, preocupado también por el crecimiento de la feminización de la pobreza.
Según un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres), en 2021, alrededor de 45.000 mujeres y niñas fueron asesinadas en todo el mundo por sus parejas u otros familiares. Esto significa que alrededor del 56% del total estimado de 81.100 víctimas de homicidio registradas en 2021 fueron asesinadas por alguien de su propio entorno.
Hay múltiples formas socialmente aceptadas en las que diariamente se agrede a las mujeres; violencias normalizadas que deben ser erradicadas: naturalizar insultos, agravios verbales, golpes o ataques sexuales que desencadenan relaciones insanas en las que las mujeres, en particular las más vulnerables en términos socioeconómicos, llevan la peor parte junto con sus hijos.
Este gravísimo problema ha ganado visibilidad y es cada vez más denunciado, muchas veces por las mismas víctimas que logran reconocerse como tales. Se trata de un leve avance que es justo destacar, sobre todo para enviar un contundente mensaje solidario a aquellas que aún no se atreven a hacerlo.
Hay que trabajar a conciencia para que el Estado dé una respuesta efectiva, con el debido enfoque de género en todas las instancias, trámites y protocolos. Si no se arbitran todos los medios necesarios para proteger a las mujeres antes de que sea tarde, esta alarmante impunidad de género seguirá en aumento, legitimando aberrantes agresiones que deben ser ejemplificadoramente castigadas.
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