Fentanilo, una droga letal
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La cocaína adulterada que a principios de febrero de este año causó la muerte de 24 personas y más de 80 intoxicaciones en la provincia de Buenos Aires fue cortada con carfentanilo, un derivado del fentanilo, según determinó el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Según distintas revistas y reportes científicos, este opioide sintético posee una potencia entre 50 y 100 veces superior a la morfina.
De acuerdo con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), el fentanilo se ha convertido en la droga que más ingresos deja a los grupos criminales, que con solo una inversión de 5000 dólares para comprar productos químicos en México o China pueden generar píldoras que dejan un millón y medio de dólares de ganancia.
Se trata de un fármaco recetado para pacientes con dolores intensos o crónicos y también puede usarse para controlar el dolor durante una cirugía y después de esta. En los Estados Unidos recetar opioides se volvió la corriente dominante; cualquiera que no lo hacía podía ser considerado un mal profesional, además de recibir denuncias de los propios pacientes por no recetarlo. Ese señalamiento público fue utilizado como herramienta para inundar el mercado de pastillas.
En un informe sobre el crecimiento que el fentanilo ha tenido en los Estados Unidos, la DEA reconoció que este opioide sintético y barato ha cobrado auge en todo el país, convirtiéndose en una verdadera pesadilla. El Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos informó que el año pasado fallecieron 105.752 personas por sobredosis entre octubre de 2020 y octubre de 2021.
El Informe Mundial sobre las Drogas 2021 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (Unodc) señala que 275 millones de personas en todo el mundo consumieron drogas durante el último año y que más de 36 millones sufrieron trastornos por su consumo.
El estudio señala que los adolescentes no perciben ciertas drogas como nocivas. Esta menor percepción de los riesgos se ha relacionado con mayores tasas de consumo, lo que destaca la necesidad, según advierte la directora ejecutiva de la Unodc, Ghada Waly, de educar a la juventud y salvaguardar la salud pública. Empleado sin supervisión médica, este opioide causa daños cerebrales y respiratorios, e incluso la muerte.
La presencia del fentanilo en nuestro país, como se comprobó en las 24 muertes ocurridas a comienzos de año, y las escandalosas cifras de ciudadanos estadounidenses que perdieron la vida por sobredosis debido al consumo de esa sustancia deben ser un llamado de atención a las autoridades con competencia específica en la prevención de estupefacientes para que no demoren la implementación de una política de Estado firme y consensuada, demasiadas veces pregonada pero cada vez más ausente, a juzgar por las escalofriantes cifras de avance del narcotráfico.