Excelencia en trasplantes
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Aun en medio de una profunda crisis como la que transitamos, esforzados y voluntariosos profesionales, mayormente mal pagos y muchas veces carentes de los insumos y equipamientos que su labor exige, siguen honrando su juramento hipocrático en el ámbito de la salud pública.
A comienzos de octubre, el Servicio de Trasplante Hepático del Hospital Garrahan concretó el trasplante de hígado número 1000 a un paciente pediátrico. Gracias a una donante viva relacionada, un niño de apenas 6 años ya recibió el alta y se recupera satisfactoriamente. Las modernas terapias inmunosupresoras permiten estos maravillosos resultados, con estándares comparables a los mejores del mundo.
En la actualidad, se trabaja denodadamente en el acompañamiento a mediano y largo plazo de los pacientes pediátricos trasplantados, acompañando su inserción social y su transición a la vida adulta.
El Garrahan, un referente de alta complejidad médica, realiza entre el 60 y el 70% de los trasplantes pediátricos del país, atendiendo a niños con o sin cobertura social. Un tercio de los trasplantes concretados en este centro se concretaron gracias a donantes vivos, en articulación con efectores públicos, como el Hospital Argerich.
Ante la detección de potenciales donantes, el trabajo en red con hospitales, organismos provinciales y nacionales, jueces y, eventualmente, líneas aéreas y equipos de trasplante es clave. El Incucai convoca y ayuda a los establecimientos y a sus equipos promoviendo su compromiso institucional en la procuración de órganos y tejidos. Sin ellos, no hay trasplante posible para los 7158 pacientes que hoy aguardan angustiosamente un órgano para salvar su vida, de los cuales alrededor de 185 son menores de 18 años.
Es importante continuar batiendo el parche sobre la importancia de promover la donación pediátrica de órganos. La concientización de los adultos es clave. La vida, un don preciado, depende para muchos de ello.