Esteban Bullrich: un ejemplo que nos interpela
La convocatoria del exsenador a un gran acuerdo nacional constituye una saludable iniciativa para dejar atrás divisiones que solo nos acercan al abismo
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Ningún lugar más acertado que la Casa del Acuerdo de San Nicolás para volver a convocar a la concordia y la unidad nacional cuando se cumple el 170° aniversario de la Constitución Nacional. El exsenador y exministro de Educación Esteban Bullrich, acompañado por su esposa e hijos, lanzó días atrás desde dicho escenario una perentoria convocatoria.
“La maldita grieta no es más real que los miles de puntos de encuentro que existen en el país”, reflexionaba desde su silla especial y asistido por una máquina que reproduce sonidos que sustituyen su voz, aquejado por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que tiene desde 2021.
Él mismo explicó cómo nació la iniciativa. Relevó las opiniones de un amplio espectro ideológico de dirigentes políticos, empresariales, sindicales y de la sociedad civil respecto de cuáles debían ser los 10 puntos básicos de un acuerdo superador para la Argentina. Tal como preveía, las coincidencias fueron enormes y dieron lugar a los 12 puntos que Bullrich enumeró como parte del “gran acuerdo nacional”. Desde defender y valorar la Constitución, pasando por establecer una ley de estabilización económica, a implementar el sistema de boleta única para votar. Promover políticas de seguridad que combatan el narcotráfico y aseguren la paz fue otro de los ejes, así como el fomento del desarrollo y las inversiones con un régimen laboral que facilite la creación de empleo privado y el impulso a los pequeños productores, las Pymes y el emprendedorismo. No podía faltar la cuestión educativa, clave para “generar el capital humano que demanda este nuevo siglo”, y que debe contemplar una actualización de la Ley de Educación.
Bullrich destacó que las relaciones humanas están pobladas de grises pero que equivocadamente insistimos en pedirle a la política que sea blanca o negra. “Se equivocan quienes buscan llevarnos a eso”, reflexionó y agregó que “los dirigentes enfermos de impotencia se han pasado demasiados años sacando provecho electoral de dividir a la gente, enardecerla y asustarla”. ¡Cuánta razón y sabiduría!
“Los dirigentes enfermos de impotencia se han pasado demasiados años sacando provecho electoral de dividir a la gente, enardecerla y dividirla”, sostuvo Bullrich. ¡Cuánta razón y sabiduría!
Además del intendente de San Nicolás, Manuel Passaglia, entre los asistentes hubo dirigentes de distintos espacios como el Frente de Todos encabezados por Juan Grabois, del Movimiento Evita, de Libres del Sur y de Juntos por el Cambio, como el exministro de Transporte Guillermo Dietrich.
Con todas las dificultades que su salud le impone, Bullrich redobla su esfuerzo en pos de construir un futuro compartido para esta Nación. Parece mentira que, con sus limitaciones, su compromiso, entrega y capacidad de acción superen tan holgadamente la desidia o la apatía de tantos referentes políticos que apuestan a seguir valiéndose de una inconducente división que nos enfrenta. Lamentablemente, a ambos lados del mostrador, encontramos demasiados intransigentes defensores de la grieta.
Una vez más, Esteban Bullrich nos brinda su maravilloso ejemplo. Espera que los candidatos presidenciales, las cámaras empresariales, la Iglesia y la central obrera, entre otras instituciones de la República, suscriban su propuesta.
Solo cuando tomamos conciencia de cuánto nos apremia el tiempo somos capaces –no siempre– de entender el enorme valor y las posibilidades que encierra cada minuto. O entendemos que el futuro de nuestros hijos se nos está escurriendo de las manos o perecemos indolentes ante el abismo.