¿Está Maduro preparado para perder?
CARACAS.– Nada indica en estos momentos, a 40 días de las elecciones del 28 de julio, que el gobierno de Nicolás Maduro tenga sobre la mesa el escenario de la derrota. Por el contrario, lo que se percibe –puede ser engañoso– es que la cúpula en el poder se atrinchera.
Las señales que envía Miraflores consisten en minar el camino al día electoral con el rechazo a la observación de la Unión Europea, sin que se haya confirmado alguna otra veeduría confiable; la persistencia en la persecución de dirigentes y activistas opositores y en los manejos que dispone el CNE para impedir la participación electoral y la vigilancia de las votaciones. Todo lo cual carga de incertidumbre la aceptación de un resultado desfavorable y, si ocurriera tal aceptación irremediable, siembra dudas sobre la entrega efectiva del poder. Los 40 días que restan para las votaciones pueden parecer un lapso corto en la preparación logística de la oposición –por algo el gobierno fijó esa fecha, aparte del hecho simbólico de que es el natalicio de Hugo Chávez–, pero también puede ser excesivamente largo para la campaña oficial, carente como nunca antes de convocatoria y errada, hasta lo ridículo, en algunas de sus acciones represivas; expresión, además, de errores de cálculo político tanto en la apreciación de la primaria opositora del 22 de octubre como en la convocatoria del referéndum del Esequibo de diciembre pasado, del que se carece de registro alguno de votantes y escrutinios.