Es urgente reformar la ONU
MADRID.– La reunión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en Nueva York en medio de los conflictos que asuelan el mundo, especialmente en Oriente Próximo y Ucrania, ha supuesto de nuevo la triste constatación de que esa institución es incapaz de poner fin a la violencia. El encuentro del año pasado, marcado por la invasión rusa de Ucrania, ya puso de manifiesto la impotencia de las Naciones Unidas para resolver los nuevos retos internacionales. La destrucción de Gaza, que ha costado la vida a más de 40.000 personas tras los atentados perpetrados por Hamas contra civiles israelíes en octubre de 2023, no ha hecho más que ahondar en la ineficacia del Consejo de Seguridad.
La idea de Occidente como garante de un orden mundial basado en reglas intentó trasladarse al resto del planeta con la invasión de Ucrania, pero dicha imagen se hizo añicos tras constatar el doble rasero de las potencias occidentales. Aunque la Asamblea General ha aumentado el número de resoluciones que requieren de la mayoría de sus miembros para ser adoptadas y sus dirigentes luchan por jugar un papel en la resolución de conflictos, es obvio que no tienen ningún efecto real.
Por eso la reforma del Consejo de Seguridad es más apremiante que nunca. La arquitectura internacional creada tras la Segunda Guerra Mundial está agotada y ya no es representativa de la actual relación de equilibrios y fuerzas globales. Hace mucho que los países de Latinoamérica, Asia y África se quejan de que el núcleo permanente del Consejo –compuesto por cinco miembros permanentes con derecho de veto: EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China– pasa por alto el papel actual de potencias como la India, Brasil o Japón, y nada menos que todo el continente africano.
El contexto de inestabilidad y la falta de voluntad política de los países privilegiados por el statu quo hacen difícil la renovación, pero las guerras en marcha y los nuevos desafíos globales –que ni siquiera estaban en el radar hace 80 años, como señaló António Guterres– la han vuelto más necesaria que nunca.