Enormes desafíos en Guatemala
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Tras una maratónica jornada llena de incidentes y luego de varios meses de incertidumbre, en los cuales el Ministerio Público intentó evitar su llegada al poder, Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala y anticipó que deberá tomar decisiones difíciles. “Nos aguardan desafíos inmensos”, advirtió desde el balcón del Palacio Nacional.
La seguridad es uno de los temas más críticos para la población y asoma entre los principales desafíos para el gobierno, que enfrenta un índice creciente de delincuencia, especialmente de la vinculada con el flagelo del narcotráfico.
Durante la campaña electoral, el actual mandatario prometió una decidida y firme lucha contra las organizaciones criminales y la corrupción que, según analistas, está arraigada desde hace tiempo en las instituciones y en vastos sectores de la sociedad.
El descubrimiento de gigantescas redes de corrupción, con varios expresidentes acusados de apropiaciones ilegales, ha contribuido al deterioro del nivel de vida y jaquea a la frágil democracia.
La violencia es parte de la vida cotidiana en el país centroamericano: en 2018 se registró una tasa de homicidios de 22,4 por cada 100.000 habitantes, la mitad de los cuales se les atribuyen a pandillas y al narcotráfico. Según lo informado por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), los homicidios aumentaron el 2,6% entre enero y julio de 2023 con relación a la cifra registrada durante el mismo período del año anterior.
El mandatario guatemalteco tendrá que negociar con un Congreso sumamente heterogéneo y deberá esforzarse por tratar de unificar un país fuertemente dividido. Guatemala sigue siendo uno de las naciones más desiguales de América Latina, con una tasa de pobreza del 59,3%, según el Banco Mundial, y una grave crisis de desnutrición crónica que afecta a una parte significativa de su población.
Durante su campaña presidencial, prometió recuperar las instituciones del dominio ejercido durante décadas por la corrupción y la impunidad. Tiene cuatro años de mandato, sin posibilidad de reelección, para cumplir su cometido. Además, deberá enfrentar a las fuerzas alineadas en su contra, encabezadas por la Fiscalía, que trató de retirarle la inmunidad, desarticular su partido y anular los comicios, argumentando anomalías electorales. Como consecuencia de ello, el presidente denunció a la fiscal Consuelo Porras, por considerar que intentó dar un golpe de Estado en su contra.
La comunidad internacional deberá estar alerta y dispuesta a prestar su apoyo al presidente y a los ciudadanos guatemaltecos que anhelan vivir en un país democrático, como ya lo demostró jugando un papel clave ante los intentos por impedir la asunción del ahora primer mandatario. En su discurso inaugural, Alvarado expresó: “No nos dejen solos, nosotros no nos daremos por vencidos”.