Elecciones justas
CARACAS.– La sesión de actualización oral del informe del alto comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Volker Türk, sobre Venezuela fue un balde de agua fría para el representante venezolano ante el Consejo de Derechos Humanos, Héctor Constant, quien hizo gala sin embargo de su cinismo, lo que se da muy bien en las altas esferas del régimen, hay que reconocerlo.
Constant felicitó a Türk por sus avances en español y, de inmediato, dijo que la resolución que autorizó la investigación sobre Venezuela era producto “del ruidoso caos del oprobio y la calumnia”.
Sus palabras tuvieron escaso eco en la sesión del Consejo de Derechos Humanos porque la mayoría de quienes durante más de una hora hicieron uso de la palabra reiteraron tres peticiones fundamentales: liberación inmediata de todos los detenidos arbitrariamente, protección del espacio cívico de la sociedad venezolana amenazado por leyes para restringir la actuación de las organizaciones no gubernamentales y lesionar el derecho de asociación, y la realización de elecciones libres y justas en 2024.
El mundo democrático sabe lo que ocurre en Venezuela. No hay forma de maquillar la realidad. Incluso el Brasil de Lula pidió “seguir de cerca” lo que pasa en los derechos humanos en nuestro país, y la Argentina alentó el levantamiento de “las medidas unilaterales”, pero reconoció los retos planteados para la reforma judicial, la reparación de las víctimas, las condiciones de reclusión y la liberación de los detenidos arbitrariamente.
En el epílogo, Türk dijo que la situación venezolana es compleja. “Es claro que las elecciones justas son un elemento fundamental de un entorno donde se protegen los derechos humanos”. Habló en inglés. Constant lo entendió, seguro.