El “Insaurraldegate”, otro escándalo obsceno
No basta con la renuncia del jefe de Gabinete de Axel Kicillof; es preciso profundizar la investigación sobre un hecho que delata la impudicia del poder
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Pocas horas después de que Sergio Massa arengara en un acto público a su tropa y dijera “los quiero arriba del barco a todos los argentinos de bien”, surgieron las imágenes del intendente de Lomas de Zamora en uso de licencia, Martín Insaurralde, junto a una modelo en un yate de lujo –sugestivamente denominado “Bandido”– en aguas del mar Mediterráneo, en inmediaciones de Marbella, carteras y relojes de lujo, retratados junto a costosas botellas de champagne. Fueron demasiado para una sociedad sensibilizada por tantos escándalos de corrupción en el contexto de una crisis socioeconómica mayúscula. El funcionario presentó su renuncia como jefe de Gabinete del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y también dimitió a su postulación como primer concejal del mencionado distrito con vistas a las próximas elecciones.
El affaire Insaurralde se conoció el fin de semana último, luego de que la modelo Sofía Clérici confirmara su romance con el funcionario y publicara las escandalosas fotos en redes sociales. Poco tiempo atrás, habían trascendido detalles de un supuesto pago varias veces millonario en dólares a su exesposa, la conductora de televisión Jesica Cirio, tras la separación matrimonial del dirigente kirchnerista.
En la víspera, la Justicia recibió varias denuncias impulsadas por dirigentes de la oposición contra Insaurralde. Una de ellas, que estará a cargo del juez federal Julián Ercolini, fue presentada por un grupo de diputados nacionales encabezados por José Luis Espert por los presuntos delitos de enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, contrabando y evasión fiscal. La otra recayó en los tribunales de Lomas de Zamora y fue promovida por el diputado nacional Ricardo López Murphy y la extitular de la Unidad de Información Financiera María Eugenia Talerico, ante la cifra millonaria por la que el intendente lomense habría acordado su divorcio de Jesica Cirio. Se señala en esta presentación que “el señor Insaurralde no tiene ninguna otra actividad comercial o de negocios que sea conocida más allá de su actividad como funcionario público en diferentes cargos electivos y no electivos por muchos años”, por lo que corresponde investigarlo por “enriquecimiento ilícito” y “lavado de activos”. Del mismo modo, la diputada nacional Graciela Ocaña demandó a Insaurralde y solicitó un embargo preventivo, fundado en las declaraciones juradas presentadas por este como jefe comunal de Lomas de Zamora, que dan cuenta de un patrimonio llamativamente modesto.
No puede dejar de considerarse que el desplazado jefe de Gabinete bonaerense inició su carrera política en los años 90 como secretario privado de Jorge Rossi, hombre de Eduardo Duhalde en la Lotería provincial, y conserva importantes vínculos con empresarios del juego. Es también uno de los principales aliados de Máximo Kirchner y vicepresidente del PJ provincial, que justamente preside el hijo de Cristina Kirchner. Por si esto fuera poco, Insaurralde era, por orden de Máximo, el jefe de la campaña de Kicillof.
La obscenidad de las imágenes es tan indignante como la desconexión que exhibe el funcionario respecto de una sociedad que sufre un nivel de pobreza superior al 40%, mientras contempla la impudicia y la falta de ejemplaridad del poder político a costa de sus dineros. Es de esperar que este affaire no merezca el llamativo silencio con que buena parte de la dirigencia política intentó disimular el reciente escándalo de “ñoquis”, malversación de recursos públicos y enriquecimiento ilícito de la muy poco honorable Legislatura bonaerense.