El infierno, a un click
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Hace diez años, en noviembre de 2013, se sancionaba la ley que incorporó al Código Penal el delito de grooming, o acoso de una persona adulta a un menor de edad por medios digitales, sin contacto físico. Se fijaron penas de entre seis meses a cuatro años para quienes vía comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a un menor de edad para cometer contra él cualquier delito contra la integridad sexual.
Con fines de prevención se dictó también la ley conocida como Mica Ortega, asesinada en 2016, y se creó un programa nacional.
La jurisprudencia marca que, cuando un acosador pide a su víctima que se filme o tome fotos que afecten su integridad sexual, el delito se tipifica como abuso sexual.
La ONG Grooming Argentina reclama modificaciones a aquella ley por considerarla deficiente. Un dato preocupante es la precocidad con que los niños acceden a su primer móvil: 4 de cada 10, antes de los 9 años, con 6 horas diarias promedio con pantallas, siendo Instagram, TikTok y Whatsapp lo más usado. A través de juegos online, el 70% refirió haber hablado con desconocidos.
Arturo Béjar, exdirector de ingeniería en Meta –propietaria de Facebook e Instagram– denunció ante un subcomité en el Senado de los Estados Unidos que en esta última no se hace lo suficiente para proteger a los jóvenes del ciberacoso. Comprobó que su hija adolescente de 14 años y sus amigas no tenían la posibilidad de denunciar insinuaciones sexuales no deseadas, misoginia y acoso. Bastaría con sumar un botón en la aplicación, aseveró.
En noviembre, la madre de un alumno de sexto grado en una escuela de La Plata presentó una denuncia por acoso sexual a su hijo a través de redes sociales por parte de una docente de 33 años, que fue suspendida.
Las redes sociales, las diversas plataformas y aplicaciones conllevan graves peligros para grupos de alta vulnerabilidad como niños y jóvenes, pudiendo afectar gravemente su salud mental y abriendo la puerta a redes de trata. El engaño se perfecciona y el uso de la inteligencia artificial para producir fotos y videos falsos pero hiperrealistas utilizando rostros de personas reales en escenas sexuales complica aún más el panorama. Como sociedad, debemos generar conciencia sobre estas realidades para prevenir cualquier uso irresponsable de las Tecnologías de la Información. El trabajo de las comunidades educativas en este sentido es insustituible.
El último censo nacional de población contabilizó 6.526.792 niños y adolescentes de entre 9 y 17 años, un vasto universo en peligro. Las normas para penalizar nuevas situaciones deben actualizarse, incluyendo penas más severas a los pedófilos cuando hoy son las mismas para quien gira un cheque sin fondos. Un click puede conducir al infierno. Hablemos de grooming con los chicos.