El feriado del 20/11 debería ser trasladado
Al igual que se hizo en 2015, es preciso correr ese día inhábil por una semana para favorecer la participación en la segunda vuelta electoral del domingo 19
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El próximo 19 de noviembre, los argentinos concurriremos una vez más a las urnas en una segunda vuelta electoral para decidir quién será el próximo presidente de la Nación. Se trata de un hecho trascendental para nuestro sistema institucional, que coincide con el fin de semana largo derivado del feriado fijado para el lunes 20 en conmemoración del Día de la Soberanía Nacional.
En ese marco, la Cámara Nacional Electoral, de manera unánime, ha solicitado al secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, el traslado de ese día inhábil con el fin de evitar que el fin de semana turístico genere altos niveles de ausentismo en el balotaje, además de afectar la asistencia de autoridades de mesa, delegados y fiscales.
La organización de las elecciones nacionales implica una compleja logística que involucra a una importante cantidad de ciudadanos que participan en diversos roles que hacen a la administración del proceso eleccionario. Posponer el feriado permitiría que los recursos estén más enfocados en garantizar su integridad y eficiencia.
El único antecedente en nuestra historia electoral en el que los ciudadanos argentinos votamos en una segunda vuelta, en las elecciones del 22 de noviembre de 2015, se dieron idénticas circunstancias, por lo que mediante un decreto de necesidad y urgencia firmado por la entonces presidenta Cristina Kirchner se dispuso el traslado del día inhábil al fin de semana siguiente. El objetivo no fue otro que favorecer “la participación masiva” en los citados comicios de carácter obligatorio, para “reafirmar nuestro sistema electoral y la solidez del funcionamiento de las instituciones democráticas”.
En el mismo sentido, la Cámara ha señalado, en su reciente pedido a las autoridades del Poder Ejecutivo Nacional, la necesidad de garantizar la participación ciudadana en las próximas elecciones, entendiendo que la fecha fijada para el feriado nacional de referencia obstaculiza el normal desarrollo del acto electoral, en atención a razones de orden público, tales como fomentar la participación democrática, facilitar la logística electoral y fortalecer el compromiso cívico.
En un feriado que extiende el fin de semana, es común que la gente busque actividades de ocio, esparcimiento y turísticas, que probablemente desvirtúen la atención sobre la importancia de las elecciones en las que se decide la máxima magistratura nacional.
Esto no solo ha movilizado a las instituciones sino también a la propia ciudadanía, que impulsó una petición en la plataforma Change. org: “Muevan el feriado del 20 de noviembre para que la gente vote”.
No atender a esta justificada solicitud implicará sin dudas mayores niveles de ausentismo electoral, que podrían terminar restándole legitimidad a quien resulte elegido presidente. La obstinación del gobierno nacional en no hacerlo puede interpretarse como una estrategia electoral tendiente a lograr la menor participación de la población para sacar algún rédito.
En momentos excepcionales y trascendentales como el que representa una elección presidencial, sería menester que se concrete el traslado del feriado referido en aras del fortalecimiento de nuestro sistema electoral, del fomento de la participación ciudadana y la toma de decisiones colectivas en el marco de los 40 años de recuperación de nuestras instituciones democráticas.
Esta medida garantizaría que la voz de los argentinos se escuche clara y fuerte en la elección de sus representantes, marcando un nuevo hito en la historia democrática del país.