El Día del Inodoro
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Para sorpresa de muchas personas, seguramente, el 19 de noviembre se conmemoró el Día del Inodoro. No se trata de un chiste ni de una asociación con la icónica fuente de Marcel Duchamp, sino de una iniciativa de las Naciones Unidas para alertarnos sobre que unos 3500 millones de personas no tienen acceso a condiciones de higiene seguras, 2000 millones carecen de servicios básicos de higiene y 653 millones no poseen ningún tipo de instalación sanitaria. En la Argentina, hablamos de seis millones de habitantes sin baño.
El acceso al agua potable y a baños con cloacas son dos ejes fundamentales de la salud pública. Son 2200 millones de personas las que no tienen hoy acceso al agua potable en el mundo. Casi 1000 niños menores de 5 años mueren por día por ausencia de infraestructura de saneamiento, una causa que debería ser absolutamente prevenible.
En pleno siglo XXI cuesta entender que más de 400 millones de personas aún defequen al aire libre y que el 45% de las aguas residuales domésticas del mundo se viertan sin tratamiento previo en ríos, lagos y mares con enormes efectos contaminantes. Lamentablemente, es así: mayor propagación de virus y bacterias, de contagios, desnutrición y diarreas crónicas –dos de las principales causas de muerte infantil– son solo algunas de las consecuencias. La mala calidad del agua hace que miles de niños vivan enfermos, por eso también están desnutridos, no solo por falta de alimento.
Unicef reporta que casi la mitad de los países de ingresos bajos o no desarrollados del mundo carecen de instalaciones escolares en las que los alumnos puedan lavar debidamente sus manos antes de comer o después de ir al baño.
El último censo reveló que el conurbano bonaerense presentó el valor más bajo de acceso a agua potable de todo el país, con un 25% de las viviendas ocupadas sin conexión a redes de agua corriente y un 42% carente de cloacas.
La ONG Módulo Sanitario (modulosanitario.org/ ) no descansa y celebra haber construido 1200 baños en nueve provincias, transformando unas 4300 vidas. Durante el corriente mes buscan generar conciencia respecto de que #UnBaldeNoEsUnBaño, como de la necesidad de sumar donaciones y voluntarios para revertir una tan silenciosa como dolorosa realidad.
Por cada dólar invertido en saneamiento se ahorrarán entre 2,5 y 5 dólares al evitar gastos médicos e incrementar la productividad. Tanto derroche y corrupción con los dineros públicos solo vuelve más escandalosa la situación de quienes llevan años de resignar sus derechos y su dignidad. Sin cloacas, sin agua potable y sin baños. Cuarenta años de democracia y una enorme deuda por saldar.