El coronavirus jaquea a Donald Trump
Tras largas semanas de negar, primero, y minimizar, después, los efectos de la pandemia en su país, el presidente Donald Trump ha hecho finalmente caso a los consejos de los especialistas. En lugar de su anunciada intención de relajar las medidas restrictivas para frenar la propagación del coronavirus antes de Semana Santa, ha decidido extenderlas por un mes más, como mínimo. Las cifras de contagios y muertes vienen siendo tan contundentes que se vio forzado a cambiar de estrategia. Sin embargo, su reacción ha sido claramente tardía y carente de coordinación a nivel federal, a tal punto que los gobernadores se vieron obligados a competir entre sí para acceder a ventiladores y equipos médicos para los habitantes de sus respectivos estados.
El gobierno federal desestimó por casi dos meses la gravedad del Covid-19, culpando a los opositores, insultando a los periodistas, negándose a aplicar medidas de distanciamiento social y alentando a la sociedad norteamericana a no dejar que la pandemia frenara la creciente actividad económica, que, hasta entonces, había presentado cifras nunca vistas en desempleo y fuertes alzas en las cotizaciones en Wall Street. Después de varios períodos con pleno empleo, en las últimas semanas millones de estadounidenses debieron tramitar el seguro de desempleo y la economía frenó su impulso.
Trump llegó a manifestar que la paralización de la economía con una cuarentena impuesta a nivel nacional podría ser más perjudicial que el impacto mismo del virus en la salud pública. Ante los efectos devastadores de la pandemia, y aun cuando nunca dejó de apostar a su triunfo en las próximas elecciones de noviembre, el mandatario finalmente decidió poner la mira en la pandemia del Covid-19, al tiempo que ordenó disponer de una impresionante partida de fondos públicos para enfrentar sus consecuencias económicas. En línea con su campaña electoral, y utilizando el ardid del enemigo externo como factor de distracción para contrarrestar debilidades domésticas, volvió, una vez más, a instalar la cuestión con Venezuela y a atacar a la prensa,
Con relación a la prensa, uno de sus blancos favoritos, Trump culpó a los medios de exagerar y dar noticias falsas sobre el coronavirus. A tal punto llegó la confrontación que The Washington Post, The New York Times y la cadena televisiva CNBC, entre otros destacados medios, anunciaron que ya no cubrirán las ruedas de prensa diarias del mandatario porque consideran que no tienen suficiente valor noticioso como para arriesgarse a romper las reglas de distanciamiento social en medio de la pandemia.
El mandatario norteamericano ha venido esgrimiendo sus logros económicos como el principal activo para candidatearse a una reelección en los próximos comicios, pero la llegada del coronavirus asestó un duro golpe a su estrategia electoral. Con el derrumbe de la economía puede desmoronarse su reelección. El panorama se ha enturbiado de tal forma que podrían finalmente concretarse las predicciones según las cuales solo una situación excepcional le quitaría a Trump la reelección.