El cambio climático y sus consecuencias
No estamos haciendo lo suficiente ni a la velocidad deseada para mitigar el tremendo daño producido por los gases de efecto invernadero
La ola de calor que asoló a gran parte del continente europeo ha sido la más intensa en siglos. Un fenómeno que hasta hace poco cumplía ciclos predecibles, con intervalos de décadas o centurias entre uno y otro, se volvió común y, según los científicos, empeorará, con altas temperaturas más intensas y duraderas.
Países como Bélgica, Holanda y Luxemburgo experimentaron temperaturas de más de 40 grados, París registró un récord de 42°6 y, en julio, el Reino Unido vio el día más caluroso registrado en toda su historia. Por otro lado, autoridades de Alemania, República Checa, Italia, Francia y España pusieron a funcionar mecanismos de prevención para evitar que el calor perjudique a la población.
Un grupo de científicos de la iniciativa World Weather Attribution publicó un estudio sobre la contribución humana a la ola de calor de junio de 2019 en Francia, que ha batido todos los récords. Según el informe, "el cambio climático inducido por la actividad humana hace que todas las olas de calor de hoy en Europa se vuelvan más probables y más intensas". El Centro Regional Europeo advirtió que podría ser acompañada de sequías y tormentas y alertó sobre el riesgo de incendios forestales y de estrés térmico en personas vulnerables.
Si bien lo que sucede en Europa tiene su origen en la presencia de un frente cálido proveniente del norte de África, la intensidad y la frecuencia del fenómeno aumentaron como resultado del calentamiento global, sobre cuyas peligrosas y palpables consecuencias aún parece haber escasa conciencia.
Según advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo dependiente de la ONU, esta infernal ola de calor parece desplazarse hacia Groenlandia y amenaza con reducir la segunda mayor capa de hielo del mundo a su mínimo histórico; una capa clave para el sistema climático mundial cuyo derretimiento provocaría un aumento en los niveles del mar y un clima más inestable aún.
El cambio climático ha tenido nefastos efectos sobre el ambiente: ecosistemas que desaparecen, deshielo acelerado de los polos, temperaturas más elevadas y desastres naturales más contundentes y frecuentes. Pero hay otro impacto, el económico, que apenas se empieza a medir. Un informe presentado por la Organización Meteorológica Mundial dice que en 2018 solo los huracanes Florence y Michael, que azotaron a los Estados Unidos y dejaron 53 y 49 muertos, respectivamente, causaron daños por 49.000 millones de dólares.
Otro de los impactos negativos del cambio climático se verifica en la agroindustria. Durante la Semana de la Sostenibilidad, organizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), líderes reconocidos en materia ambiental se refirieron al calentamiento global originado en las emisiones de gases y sus efectos sobre el planeta. Hay consenso respecto de que el cambio climático, con sucesión de sequías, inundaciones y tormentas, puede dañar de forma irreversible la base de recursos naturales de la que depende la agroindustria en América Latina y el Caribe.
Para resaltar la interdependencia entre fenómenos climáticos y desarrollo económico y social basta mencionar que la sequía del año pasado en nuestro país, la peor en 50 años, provocó -según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires- un declive de medio punto de nuestro PBI, además de una compleja red de impactos indirectos, como el incremento de peligro de incendios, reducidos niveles de agua, y aumento en la mortalidad ganadera y la vida silvestre, entre otros.
No estamos haciendo lo suficiente ni a la velocidad deseada respecto de medidas de adaptación para quienes sufren los impactos ni de mitigación, dirigidas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, menos aún respecto de detener los escandalosos niveles de deforestación.
Es de esperar que los perjuicios ocasionados al planeta, a sus recursos naturales, a los seres humanos y, en general, al ambiente, a lo que debe agregarse el daño económico que todo ello provoca, sean motivo suficiente para reaccionar y emprender las acciones que permitan enfrentar el cambio climático y evitar sus nefastas consecuencias de manera sostenida y cooperativa.
En este sentido, celebramos que LA NACION sea el primer medio en la Argentina en sumarse a la red liderada por Columbia University, The Nation y The Guardian, junto a 150 medios, periodistas independientes y plataformas diversas, que asumen el compromiso de brindar una cobertura especial durante la semana previa a la Cumbre del Clima, que tendrá lugar en Nueva York el 23 del mes próximo. Durante ese encuentro, los gobiernos del mundo están obligados a presentar un plan concreto dirigido a limitar el aumento de la temperatura a menos de 2°C por encima de los niveles preindustriales, para fines del siglo, tal como surgió del Acuerdo de París. La iniciativa Covering Climate Now/Cubriendo el Clima Ahora presentará más propuestas también a futuro en un valioso afán por sumar conciencia a partir de los contenidos, en un esfuerzo por activar el compromiso de todos en el cotidiano e impostergable desafío de cuidar nuestro planeta.