Difícil momento para Netanyahu
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Desde hace meses, cada sábado, Tel Aviv es testigo de multitudinarias manifestaciones encabezadas por críticos a Benjamín Netanyahu que piden su dimisión y elecciones anticipadas por su gestión ante el grave conflicto tras el brutal ataque de Hamas, que ya lleva ocho meses. Fuentes israelíes aseguran que 121 personas permanecen secuestradas, de las cuales 37 ya habrían muerto.
Las presiones sobre el primer ministro israelí también llegan desde organismos internacionales. La Corte Internacional de Justicia de la ONU ordenó a Israel detener inmediatamente su ofensiva en la ciudad de Rafah, objetivo máximo de Netanyahu en el extremo sur de la franja de Gaza.
No menos importante ha sido la solicitud de órdenes de arresto contra Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y contra los tres máximos dirigentes de las milicias de Hamas, por sus respectivos roles en ese conflicto, requerida por el fiscal general de la Corte Penal Internacional.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, sumó otra presión diplomática al incorporar a Israel a la lista mundial de países y grupos armados que han cometido graves violaciones contra los niños en áreas de guerra, una decisión que el gobierno del primer ministro israelí rechazó y calificó de vergonzosa.
Por otro lado, la renuncia del prestigioso exgeneral e integrante del gabinete de guerra, Benny Gantz, constituyó un fuerte golpe político para el mandatario. Su llamado a elecciones anticipadas y a todos los miembros del Parlamento a unirse a su renuncia causó una fuerte conmoción dentro del gobierno.
Recientemente, un nuevo frente de tormenta se abrió entre los socios clave de su coalición gubernamental. La Corte Suprema israelí determinó por unanimidad que el Ejército debe empezar a reclutar a hombres ultraortodoxos para el servicio militar.
Las encuestas reflejan que la imagen de Netanyahu entre sus conciudadanos ha disminuido como consecuencia no solo del fracaso de su reforma judicial, sino por el hecho de que el peor atentado terrorista de la historia de Israel, el día más sangriento para los judíos desde el Holocausto nazi, se produjo durante su mandato.
Las próximas elecciones, previstas para 2026, parecen cada vez más lejanas, con miembros del gabinete pidiendo un adelanto electoral. Las encuestas dan como favorito al exministro de Defensa Gantz, lo que augura un panorama difícil para el primer ministro.
La guerra, que se había convertido en una oportunidad para Netanyahu de recuperar apoyo político y popular, puede ser ahora el desencadenante del final de su mandato, acusado de pretender dar prioridad a su supervivencia política por sobre la vida de los rehenes israelíes. Con su salida del Gobierno se activarían las causas judiciales que tiene abiertas y por las que ya se habían producido las mayores manifestaciones antigubernamentales de la historia de Israel.