Descontrol en exámenes de residencia
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Las cuestiones sanitarias ocupan el centro de la escena desde el estallido de la pandemia. Las medidas para atemperar los efectos de las sucesivas olas, las malas gestiones a la hora de conseguir vacunas y testeos, las demoras en las inoculaciones y el agotamiento del personal de la salud han sido algunos de los temas sobre los que los argentinos seguimos debatiendo.
Bajo la sombra del Covid-19 y las limitaciones a la presencialidad, se ha complicado todo tipo de trámites. Entre ellos, aquellos que permiten continuar formando y capacitando a nuevas camadas de médicos. Ya el año pasado se habían dado situaciones anómalas en los exámenes para graduados que deseaban completar una residencia en alguna especialidad. Este año, las situaciones se repiten, lo cual ya nos exime de hablar de imprevistos ni de errores para confirmar un nivel muy preocupante de incapacidad por parte de quienes están a cargo de resolver delicados asuntos cuyas consecuencias difícilmente se puedan anticipar.
Se trata de unos 25 mil aspirantes al concurso de Residencias del Equipo de Salud que debieron haber rendido sus exámenes el miércoles pasado y que aguardan confirmación cierta de una nueva fecha. En un clima de tensión y desconfianza, fueron informados oficialmente por el Ministerio de Salud de la Nación de un incidente, “producto de un error humano ocurrido en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Avellaneda, encargada del desarrollo y gestión del sistema para la realización del Examen Único Digital y Ubicuo”. El mensaje agregaba: “Por dicho error se reportó en redes sociales la difusión de datos personales de 25.000 personas registradas en el sistema de ingreso al examen de residencias.”
Desde la propia página del ministerio se filtraron nombres, números de documentos, teléfonos, correos electrónicos y contraseñas del padrón oficial de inscriptos que comenzaron a circular en grupos de WhatsApp y redes sociales. Supuestamente, el error fue rápidamente enmendado, pero desde Médicos Argentinos Unidos sostienen sus denuncias de fraude.
Al momento, sin saber a qué se exponen con sus datos circulando, todos ellos se encuentran a la espera de una nueva fecha de evaluación, llave para pasar a otra valiosa instancia de formación y estudio como profesionales de la salud. El examen para acceder a las muy limitadas vacantes por especialidad consiste en unas 100 preguntas de multiple choice cuya resolución demanda unas dos horas y media. Los mejores puntajes acceden a los hospitales más prestigiosos.
Con exámenes a distancia, muchos cuestionan también su validez habida cuenta de que nadie controla que el postulante se encuentre solo o no recurra a otras instancias para resolver las preguntas. Resulta también imprescindible que la plataforma digital funcione correctamente y bajo condiciones de seguridad. El año pasado, el sistema se cayó varias veces durante la prueba, los mecanismos “antifraude” no funcionaron debidamente y hasta se pudieron googlear las respuestas. Como ya ocurrió también, distintas versiones dan cuenta de que la filtración denunciada ahora habría involucrado los contenidos del examen que estarían circulando entre los postulantes. La seriedad y transparencia de esta instancia está, una vez más, gravemente dañada.
Las reiteradas postergaciones retrasan el acceso al magro ingreso salarial que, como fuentes de trabajo, las residencias ofrecen a estos profesionales. Una vez más, el Ministerio de Salud revela una muy preocupante incapacidad para gestionar debidamente asuntos de vital trascendencia.